Chapter O2O

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Sus pasos eran pesados o es lo que ella sentía y todo su cuerpo se estremecía del cansancio a tal punto de que creía que en cualquier momento se iba a desfallecer pero aún así mantenía la caminata directa hacia la universidad, no había pegado el ojo en toda la noche y no era para menos porque todo lo que había pasado en el tiempo en el que estuvo lejos de esa instituciones la hicieron replantearse muchas cosas.

Mientras se acercaba al salón de clases no pudo evitar sentir algo extraño en su corazón como si lo estuviera avisando algo que va a suceder y entonces de pronto se encontraba en el mismo con la cabeza cabeza baja sin saber muy bien que es lo que debe hacer.

"¡Chaeyoung!". Escuchó la voz de la japonesa con el cabello rosado y volteó a verla sorprendida por la gran fuerza de su voz. "¡Cielos! ¿Qué te pasó en la cara?". Hizo una mueca de entre sorprendida y angustiada.

Pero no le prestó tanta atención porque sus ojos se fueron directos a la chica que siempre se ha sentado al lado suyo o para que la identifiquen de mejor forma su mejor amiga, estaba con casi la mitad de su cuerpo encima de la mesa del pupitre y no parecía querer hacer contacto visual con ella, se le había olvidado de que hoy Les tocaba tener clases juntas y sería bastante complicado.

Con un poco de decisión se sentó al lado izquierdo de Sana, como nunca antes lo había hecho y es que eso significaba que iba a estar al lado de la mayor en vez de estar en el medio de las dos chicas y la verdad es que cuando hizo eso se sintió la gran incomodidad en el ambiente.

"Hola, buenos días". Saludo con una sonrisa forzada mientras intentaba sentarse.

Sana la miró y posteriormente al pupitre que estaba en medio de ella que la separaba de Mina, era el asiento de la menor y ya se puede imaginar porque era que no lo quería tomar.

"Si, buenos días". Apoyo el mentón en su mano y la miró directamente.

En el momento en el que estaban charlando por un instante se le olvidó todo lo que estaba sucediendo con la contraria y lo incómodo que se estaba haciendo el estar tan cerca porque no habían entablado ninguna clase de conversación ni mucho menos se habían mirado a los ojos, lo único que podía ver por encima del hombro de la peli rosa era como la japonesa estaba por la cabeza enterrada entre sus brazos.

"Mina, levántate". Una chica llegaba y le ponía la mano en el hombro a la mencionada.

"Oh, si". Dijo llevando la mano a su cuello por la molestia que estaba sintiendo en el mismo y sus mejillas se veían más sonrojadas de lo habitual.

"Vete a casa, ¿Por qué te aguantas tontamente sin tomar medicina?". Preguntó con un gesto preocupado en su rostro.

"Gracias". Murmuró y acto seguido agarró la caja de las medicinas.

"Sana, Chaeyoung, traten de convencerla". Les dijo mientras la señalaba.

"Oh, ah". Chaeyoung no sabía muy bien que era lo que debía hacer.

"Myoui Mina, ¿Quieres ir a casa? ¿Quieres que te lleve a casa?". Preguntó con un tono burlón.

"Estoy bien". Dijo y se metió la pastilla en la boca para después traársela como si nada bajo los regaños por parte de la chica que estaba a su lado.

Son a pesar de que sabía que no podía hablar porque era lo mejor no podía evitar estar preocupada y es que ayer se veía muy bien, está intrigada por saber qué era lo que tenía y si es que le duele al cuerpo. Pero lo que parecía ser un auxilio sin palabras terminó siendo un cruce de miradas antes de que la profesora dijera voz populis que la clase iba a comenzar.

A la única conclusión que pudo llegar es que Mina siempre tenía dolores en el cuerpo cuando estaba estresado y probablemente sea indicio de lo que está pasando.

Y todo eso estaba pasando por su culpa lo que le hacía sentir muy culpable, estaba totalmente arrepentida de cada una de las cosas que había hecho y que habían sucedido en los últimos tiempos, ojalá pudiera recibir la ayuda de una persona sin embargo estar más sonriente por todo lo que estaba pasando.

La clase siguió su curso como antes y no parecía que existiría algún tipo de evento extraño que alterar a los sucesos por lo que decidió prestar la atención de principio a fin porque al fin y al cabo era muy importante para la carrera.

Los minutos pasaban y de vez en cuando volteaba a ver a la mayor que parecía estar cabizbaja pero aún así al pendiente de la clase, quería convencerse a sí misma de que las cosas estaban saliendo bien o por lo menos se asemejaban a eso.

Lo único que esperaba era que todo volviera  ser como antes.

"Gracias". Se escuchó en todo el salón y cuando se dio cuenta la clase se había acabado, no le había prestado especial atención al último fragmento de la misma pero la verdad es que no tenía ningún tipo de interés en ella porque aunque intentó al principio estar lo más atenta posible no lo pudo hacer por su mejor amiga.

"¿Estás bien?". Preguntó cuando sintió la valentía necesaria y luego como toda una cobarde desvió la mirada.

"¿Estás preocupada por mí?". Cuestionó.

"Por su puesto". Contestó con algo de impotencia porque parecía que lo estaba dudando.

"¿Por qué lo estás?". Levantó las cejas sin quitarle la vista de encima.

"Claramente es...".

"¿Porque somos amigas?". Se levantó con una pequeña sonrisa en el rostro. Chaeyoung abrió la boca haciendo todo lo posible para poder responder pero las palabras no parecían querer salir de su boca. "Gracias por preocuparte".

Apretó la mano al ver cómo esta se estaba yendo y se sintió mal porque no tenía la capacidad de poder responderle una pregunta fácil, estaba comenzando a hacer como una niña pequeña cuando no sabe qué responder al profesor cuando le pregunta algo y la impotencia creció aún más al salir de la universidad.

El día estaba ligeramente nublado y ella seguía enojada, no entendía Por qué le había preguntado si estaba preocupada por ella o no era obvio que estaba preocupada por ella si se encontraba enferma y se le notaba, sacudió la cabeza no debería estar tan preocupada por lo que le estaba diciendo sino más bien por cómo se sentía la contraria pero es que no debería hacerlo el problema es que no sabía cómo no sentirse preocupada por lo que decía o pensaba la mayor.

Suspiró y se cuestionó si es que le preocupaba porque eran amigas o si es que había algo más.

Aunque claro era obvio que eran amigas o es lo que ella creía, cuando la duda se plasmó enfrente suyo quedó paralizada ¿Eran amigas?

Después de todo lo que habían pasado dudaba mucho de que lo siguieran haciendo en medio de ese revoltijo de pensamiento su teléfono sonó, lo que tuvo que agarrarlo y ver qué era lo que sucedía.

El nombre que se plantaba en la pantalla del artefacto electrónico era de aquel chico que seguía insistiendo para poder comunicarse con ella y lo único que hizo fue cortarle la llamada antes de que comenzaran a caer gotas del cielo, tenía cosas más importantes en las que pensar y una de ellas era que ya no creía que era mejor amiga de la japonesa.

Ya no lo creía.

bad thinking diary ; 𝗺𝗶𝗰𝗵𝗮𝗲𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora