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Había alguien que exudaba un aura muy siniestra. Oh no, ¿era sólo una persona? Podrían ser varios. Seokjin trató de detener el tiempo, pero ya había usado en exceso sus poderes, así que el mareo junto con un agudo tinnitus comenzaron a apoderarse de él.

—¡Bastardo idiota!

Hoseok sacó el Elixir de su bolsillo, se lo bebió y volvió a estar bien. Lanzó su puño hacia Seokjin mientras tenía los ojos inyectados en sangre. Pero Seokjin no tuvo tiempo de preocuparse por ello.

Un hombre con una máscara de gato apareció de repente y agarró el brazo de Hoseok.

Sin pensarlo dos veces, Hoseok dio una patada al hombre. Sin embargo, la figura del oponente desapareció como un espejismo. Sólo entonces se dio cuenta de que el hombre con la máscara de gato era también un mago.

—¡Magos, ayúdenme! ¡Aquí está el que buscan!

Yoongi, el hombre de la máscara de gato, sujetó al tambaleante Seokjin por la cintura y creó un escudo que los rodeaba para bloquear el humo negro que salía disparado como una flecha hacia él.

De repente se escuchó un estruendoso ruido.

La mansión se derrumbó rápidamente. Poco después, tres hombres con túnicas negras aparecieron en medio de las ruinas.

El hombre del centro se reía.

—El dueño del Jardín Negro ha venido hasta aquí.

Yoongi trató de desaparecer junto a Seokjin, que sudaba fríamente y casi había perdido el conocimiento.

—El chico es mío. —Dijo el desconocido.

—Déjate de tonterías.

Entonces el hombre se quitó la capucha que le cubría la cara. Tenía un aspecto espeluznante y lleno de locura. Pero algo era extraño, el hombre se parecía a Yoongi.

Ese hombre habló con falso pesar —¿No se suponía que debías mantenerte al margen de los asuntos humanos, hermano?

—¿Quién es tu hermano?

—Qué triste. Somos una única familia entre nosotros.

Yoongi apretó los dientes

—Y si no…

—Entrega el Jardín Negro.

Los ojos del mago parecido a Yoongi cambiaron repentinamente y un humo negro explotó de él.

—No me hagas enfadar.

Sin embargo, el humo negro estalló y desapareció incluso antes de que pudiera acercarse a Yoongi. El tambaleante Seokjin se incorporó, dejando escapar un leve suspiro. Un sudor frío rodó por su nuca, pero su mente volvió a estar más despejada. Miró con desprecio al hombre que se parecía a Yoongi.

“De todos modos, estos son conflictos entre hermanos”

Seokjin se acercó a él, editando y retorciendo el tiempo y el espacio. Estaba a punto de sacar al oponente de ese espacio. Sin embargo, su oponente era uno que no se dejaría vencer fácilmente. Se desvaneció con un humo negro disperso y apareció en otro lugar.

—¡Oh, qué habilidad tan deliciosa!

Aplaudió a Seokjin con cara de júbilo

—De verdad... ¡Quiero hacerlo mío ahora mismo!

—¡Para, Agust!

Agust, el mago, comenzó a formar con el humo negro la forma de una mano gigante, sin prestar atención a la ira explosiva de Yoongi.

The Emperor's Doll - KookjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora