- 8 -

676 93 110
                                    

1/3

Cuando lo vio, empezaron a surgir de repente recuerdos borrosos, como de un pasado lejano.

Le temblaban las manos.

Las cartas que envió a Taehyung, rogándole que lo salvara. La ropa larga que se veía obligado a llevar incluso en verano para ocultar los moretones. Recuerdos de haber estado escondido en los lugares más oscuros de su castillo, como si estuviera jugando al escondite.

Seokjin no tenía a quién recurrir. Taehyung lo había abandonado por completo. Así que al final, escribió una carta a Jungkook.

La carta pidiendo clemencia ni siquiera llegó al ducado de Jeon.

Fue descubierta por Lee.

"Sí. Ese día, Lee me mató, preguntando si tenía sentimientos persistentes por Jungkook"

EI miedo estaba profundamente impreso en el corazón de Seokjin. Juntó sus manos temblorosas.

—¿De qué familia eres?

Afortunadamente, pudo hablar con calma.

El rostro de Lee era cortés, pero no podía ocultar su decepción.

—Lee MonDao saluda a Su Alteza, el Príncipe.

Era doloroso incluso sólo escuchar su voz.

¿Por qué no pensó antes en Lee? ¿Era porque era tan terrible que reprimía inconscientemente esos recuerdos?

Seokjin fingió no estar afectado y dijo —Así que tú eres el hijo del vizconde Lee.

—Bailamos juntos en el salón de banquetes la última vez. ¿No te acuerdas de mí? —preguntó, acercándose a Seokjin.

"No sé qué hará si intento sacudirme y decir que no me acuerdo"

Seokjin reconoció la locura en sus ojos. Sintió náuseas.

—Creo que me acuerdo, ahora que lo mencionas.

Ante su respuesta, Lee dio otro paso hacia él.

Sólo quedaban tres pasos entre los dos.

—En aquella ocasión, bailaste conmigo dos veces. Desde aquel día tenía ganas de volver a verte, pero no esperaba que nos encontráramos así hoy.

Era un comentario irrisorio.

Era obvio que se había apresurado a venir tras enterarse de que Seokjin estaba en la biblioteca.

Seokjin no quiso continuar la conversación.

Jimin, que había estado observando la situación desde un lado, intervino.

—Alteza, parece que el carruaje ha llegado. Deberíamos irnos.

La horrible mirada de Lee se dirigió a Jimin.

Seokjin trató de alejarse, pero sintió que podría derrumbarse si daba un solo paso.

"No pierdas la concentración. Nada de eso ha pasado ahora"

Intentó mantener la calma pensando eso.

Ahora, Lee no puede confinarlo, golpearlo o apuñalarlo con su espada. Pero cuanto más pensaba en ello, más sentía que no podía respirar.

Si tan sólo tuviera el velo cubriendo su rostro.

Ya estaba agotando mucha energía al fingir que estaba bien y mantener un rostro inexpresivo.

—Me retiro.

The Emperor's Doll - KookjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora