Capítulo 5🧡

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La ceremonia de Sveiki estaba a punto de comenzar

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La ceremonia de Sveiki estaba a punto de comenzar.

Me encontré a mí misma con los nervios de punta, contemplándome por décima vez en el espejo antes de poder salir en dirección a una de las cúpulas centrales que estaban en el jardín. Jesse no me lo mencionó cuando me hizo el recorrido por el lugar, pero había una cúpula especial para las ceremonias y las reuniones. Se hallaban más alejada de las otras y al borde de la entrada al bosque. Según Harper era enorme y muy hermosa. Con solo pensar que estaría dentro de ella en unos minutos, se me retorcía el estómago.

Hablando de Harper..., no había parado de revolotear a mi alrededor y eso me tenía inquieta. Ella no era una de las nuevas, así que estaba encargada de ayudarnos en lo que necesitáramos, y para aquella chica «ayudar» significaba, peinar, vestir, maquillar y hablar hasta que la lengua se le cansara.

—¡Te ves realmente espléndida!, ¡pareces un ángel! Ya te digo yo que el rubito se volverá loco al verte, y no solo Jesse también todos los demás...

Me mordí el labio y volví a repasar mi cuerpo de pies a cabeza. Llevaba un conjunto blanco parecido a una túnica, pero con pantalones. La tela era muy suave y ajustada al cuerpo. Harper se ocupó de mi cabello y de mi rostro. Me dejó el cabello suelto y solo me trenzó dos mechones que amarró atrás de mi cabeza colocando unas pequeñas flores en ellos. Me veía extraña, como si no fuera yo. El maquillaje fue con tonos tierra al igual que mis ojos, pero se notaba y eso me causó un poco de inseguridad. Verme así, fue como ver a la Mia de hace tres años, pero más delgada y apagada.

—Oye —habló Harper poniendo sus dos manos sobre mis hombros—. Si yo tuviera tu rostro no perdería ni un minuto más mirándome en el espejo.

Me volteé y quedé frente a ella.

Cabello negro, ojos tan azules que daban miedo, nariz respingona y unas cuantas pecas le cruzaban el rostro horizontalmente. Era tan bonita que me causaba exasperación que no viera lo mismo que yo.

—Harper, eres muy linda. Deberías elogiarte más a ti que a mí.

Sus ojos transmitieron un brillo particular, que se apagó en el momento en que Samara, una de las mujeres de azul entró a mi habitación.

—Ya es hora, te esperan abajo Mimi y tu Harper debes estar en la cúpula en cinco minutos —informó con una sonrisa amable antes de volver a cerrar la puerta.

—¡Bueno! —anunció Harper sonriendo ampliamente—. Suerte mariposa y no olvides desear que te toque Jesse. ¡Chaito! —Me guiñó el ojo y salió a toda prisa de la habitación dejándome totalmente espantada.

El corazón me palpitó a toda prisa dentro del pecho y eso que aún no entraba a la ceremonia. Las palabras de Harper se me estamparon en la mente y no dejé de reflexionar sobre ello, ni siquiera cuando íbamos caminando en una fila hacia la cúpula. Me asustaba saber que me asignarían a alguien para... ni siquiera sabía para qué y ya estaba muerta de miedo.

A través de tu almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora