Advertencia:
Este capítulo trata un tema delicado relacionado con el abuso y agresión sexual. Se sugiere cuidado para aquellas personas que puedan verse afectadas por esta narrativa. Si sientes que estás preparada para continuar leyendo, bienvenida y, si no, no te preocupes, pasa al siguiente capítulo. ❤
Nathan Osborn fue la persona que transformó mi vida por completo.
Nos conocimos el primer día de instituto. Me vio entrar en el salón y para él fue amor a primera vista. ¿Para mí? Para mí fue un compañero que, posteriormente, se convertiría en un amigo. Recuerdo que nuestro primer encuentro fue sumamente vergonzoso. Caminábamos cerca el uno del otro, y no dejó de observarme embobado hasta que chocó con una pared. El impacto hizo que mis ojos se fijaran en él, y ese acto bochornoso fue lo que nos impulsó a establecer una linda amistad.
Nos hicimos amigos al instante.
El tiempo transcurrió y su compañía se volvió esencial para mí. Estar con Nathan era sencillo, su única presencia me hacía sentir dichosa y segura. Mi ingenuidad me llevó a depositar mi confianza en él en niveles bastante altos. Le contaba todo acerca de mí, como si fuera mi diario de vida. Él escuchaba con atención y solo opinaba cuando era necesario. En nuestros ratos libres nos reuníamos para hablar sobre cosas estúpidas y sin sentido. La capacidad que poseía de hacerme reír y pintar los malos días de color rosa, me hicieron creer que nuestro extraordinario vínculo duraría para siempre. Sin embargo, no fue así...
Durante el tercer año de instituto, empecé a mirarlo diferente, probablemente de la misma manera en que él siempre me había mirado a mí. Lo veía más grande, más maduro y mucho más atractivo de lo que lo recordaba. Me llevó unos cuantos días admitir mi atracción y, debido a mi declaración, a la semana ya estábamos juntos como pareja.
Los meses transcurrían y todo marchaba de maravilla. Nathan, como novio, era lo más parecido al chico con el que siempre había soñado. Se comportaba de forma cariñosa, me regalaba flores, chocolates y me enseñaba cosas y lugares nuevos. Mi primer beso fue con él, mi primer te amo también, pero no mi primera vez.
No le concedí ese privilegio, aunque insistió y quizás aquella decisión fue la que acabó de romper un vínculo que nunca existió.
A los cinco meses de nuestra ilusoria historia de amor, comenzaron a surgir comentarios de conocidas y compañeras animadoras que me hicieron quebrar la engañosa realidad en la que estaba viviendo.
—Lo vi con Allison —aseguró Trina.
—Lo vi con Catherine —comentó Yadir.
—Yo con Camille —dijo Steve.
—Y yo con Nicky —lamentó Kat.
¿Les creí? Por supuesto que no. Nathan no era la persona que ellas insinuaban. «Nathan Osborn era un buen novio; atento y muy cariñoso. No me haría algo así, por supuesto que no...». Eso creí hasta que lo vi con mis propios ojos...
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A través de tu alma
RomanceMia lleva mucho tiempo consumida por la oscuridad. Sus noches se basan en llorar y golpear la almohada, mientras que sus días son constantemente agitados, debido a sus pensamientos, que, a pesar de su esfuerzo, nunca se callan. No percibe esperanza...