Sergio se encontraba durmiendo cuando el timbre de su puerta no dejaba de sonar.
Decidió ignorarlo, no tenía ganas de levantarse y atender. Creía que quizá era una equivocación.
—¡Sergio, abre la puerta!—La voz de su pareja lo alertó de que algo malo estaba ocurriendo.
Se levantó con pereza, si Lewis quería hablar tendría que esperar a que estuviera en sus cinco sentidos.
Los violentos golpes en la puerta de Sergio también alertaron a sus vecinos.
Carlos salió a ver lo que estaba ocurriendo. Viendo la desesperación consumiendo a su amigo.
—¿Lewis? ¿Qué estás haciendo aquí a esta hora?—Comenzó el castaño mientras se acercaba a él —Deberías estar en casa descansando.
—No podre hacerlo hasta aclarar algo—Respondió el moreno mientras seguía tocando la puerta.
Entonces Sergio abrió, se notaba que todavía no estaba completamente despierto.
—¿Qué pasa?—Fue lo primero que salió de su boca antes de que su novio lo empujara para entrar a su departamento.
El pelinegro hizo cara de pocos amigos y cerró la puerta sin decirle nada a su amigo.
—Maldición—Susurro Carlos para después regresar a su departamento.
Era obvio que había pasado algo muy malo, y sabía que podía estar relacionado con lo ocurrido esa tarde.
—¿Qué hiciste en mi departamento está tarde?—La pregunta de Lewis estaba cargada con cierta desesperación.
Sergio se dio cuenta hacia donde se podría dirigir esa conversación. Así que su mente comenzó a trabajar con rapidez.
—Ya te lo dije—Respondió a secas.
Sabía bien que debía cuidar cada palabra que saliera de su boca. Sin darle espacio para cuestionar, o respirar.
La respuesta de su novio no fue del agrado de Lewis. Su mente no estaría tranquila hasta tener todo claro.
—¿Estabas solo?—El moreno tenía miedo a hacer esa pregunta, pero sabía que era necesario.
Sergio llevo una mano a su cabello y comenzó a actuar como si le hubieran dicho la peor cosa posible.
—¿Qué estás insinuando?—Pregunto indignado.
Lewis no quería decirlo, pero sabía que no había más opción que la sinceridad.
Prefería que su novio le dijera la verdad, a vivir en una mentira.
—¿Por qué usaste la ducha?—Pregunto el moreno y Sergio sonrió con molestia.
—¿Todo esto por la estúpida ducha?—El pelinegro hablo con un tono burlesco, actuando con incredulidad.
—No es la ducha, es solo que...—Lewis iba a mencionar a Max, pero ni siquiera tenía la certeza de eso —¿Fuiste solo o no?
—¿Crees que te engañe?—Pero Sergio fue directo al grano —No des más vueltas y dilo.
El moreno sentía que estaba perdiendo la paciencia. Su novio no había respondido nada de lo que le pregunto y eso solo incrementaba su incertidumbre.
Pero el tono en el que le hablaba, como si lo tratará de idiota, lo hizo perder los estribos.
—¡Solo contesta la maldita pregunta!—Gritó Lewis cansado de sus rodeos.
—¿Acaso perdiste la cabeza?—Pregunto Sergio con indignación—Porque estás actuando como un loco, primero me culpas de que no te salieran las cosas como querías en el escenario y ahora me haces esto, ¿Quién te crees que eres para venir a mi casa a gritarme?
El moreno intento retomar la compostura pero Sergio seguía actuando de una manera sumamente insoportable.
Él era el lastimado, pero su novio lo trataba de minimizar una y otra vez.
Sin embargo, Lewis no era capaz de reconocer esto. Su mente se dividía entre lo que sabía y lo que temía descubrir.
—Te fuiste toda la tarde—Finalmente el moreno reclamó—¿Quién se tarda tanto yendo por un dije? Solo puede explicarse si te ocupaste de algo más en el camino. Era solo una cosa y te llevo demasiado tiempo.
—¿Y de quién es la culpa?—Lo interrumpió el pelinegro —Tu departamento era un desastre, tuve que limpiarlo todo y al final tome una ducha para refrescarme.
Su historia, con pocos detalles, parecía ser el escenario perfecto para alguien que no buscaba ser descubierto.
Y, para Lewis, era bastante creíble al encontrar su departamento limpio y ordenado.
Pero algo le hacía daño.
Algo no estaba bien.
Y sacar a Max en la conversación sería extraño. Porque no tenía ni una sola prueba de que estuvieran juntos esa tarde.
Principalmente cuando en la academia casi no convivían entre ellos.
—Si, pero...—Quiso hablar el moreno, pero había perdido la confianza en sus propias palabras.
—Tú me obligaste a hacerlo—Continuó Sergio—Nada de esto hubiera pasado si fueras más ordenado. Pero si quieres terminar por esta tontería, hagámoslo.
Una parte de él no estaba muy convencido, pero otra deseaba hacerlo con todas sus fuerzas.
Sin embargo, no deseaba que las cosas terminarán así. No cuando había una posibilidad de que se hubiera equivocado.
—No, espera—Lewis tuvo que tragar su orgullo en ese instante tienes razón y es una tontería —Sabes bien que te amo y me sentí inseguro un momento, yo...
—Si realmente me amarás, confiarías en mí—Reclamó el pelinegro, no dejándolo terminar —Ya veo porque te dejo, eres insufrible.
Estás palabras le cayeron como valde de agua fría al moreno.
—¿De qué...?—Lewis no pudo terminar de hablar.
Sergio no le daría tiempo para pensar.
—Sabes bien de lo que hablo—Continuó el pelinegro—Nico te dejo porque no pudo seguir soportandote. Siempre queriendo toda la atención, acaparando hasta el último minuto del día. Es insoportable.
El moreno estaba sin palabras.
La simple mención de su ex pareja lo atormentaba.
Sabía que las cosas con Nico se salieron de control.
Y que el rubio termino odiandolo y mudándose lejos para no tener que verlo.
Estar en una relación con alguien tan brillante a veces puede ser agotador y frustrante.
—Y si vas a seguir de esa forma, entonces seré yo quien tome esa decisión—Sergio lo tenía arrinconado— Vete de aquí, tú y yo ya no somos nada.
Lewis solo sintió como su ahora ex novio lo empujaba hasta sacarlo del departamento y le cerraba la puerta en la cara.
Nada había salido como pensaba.
Él solo quería hablar.
Deseaba aclarar las cosas.
Pero no contaba con que Sergio fuera más listo que él.
Pues el pelinegro supo bien como voltear las cosas en su contra.
Y ahora, desde el punto de vista de Lewis, Sergio se había convertido en la víctima de sus malas actitudes, desconfianza e inseguridades.
Se sintió mal.
Sergio lo hizo sentirse mal.
Y nada de eso habría pasado si no le hubiera pedido que fuera por ese dije a su casa.
En su mente y corazón, ahora él era el culpable.
Sergio cerró la puerta con llave y se dirigió a su habitación.
Si todo salía bien, Lewis estaría rogando por su perdón.
Había logrado cambiar la conversación a su favor y se sentía complacido consigo mismo de no obtener nada de culpa.
Ahora Lewis debía sentir lo que él sentía. Debía saber lo que es estar en segundo plano.
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𝑆𝑡𝑜𝑙𝑒𝑛 𝐾𝑖𝑠𝑠𝑒𝑠~ᶜʰᵉˢᵗᵃᵖᵖᵉⁿ
FanfictionLa academia de ballet Monier es conocida por ser la cuna de grandes talentos que salen a relucir entre un ambiente de competencia y dedicación. Pero la tensión aumentará cuando el trabajo y el placer se mezclan en una combinación peligrosa. Dónde tr...