CAPITULO 10.

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CAPITULO 10: ¿COMO RECORDAR?

Vanesa:

Todos estábamos envueltos en un silencio denso, solo interrumpido por la respiración entrecortada de Juan David, quien yacía recostado en una esquina del escenario. Su cuerpo estaba cubierto de sudor frío, y su rostro mostraba agotamiento por lo que había vivido. En el escenario estaba ese chico nuevo, ¿de dónde había salido? Parecía mucho más preocupado que cualquiera de los presentes. Alejandra también se veía extraña; no estaba segura de qué era, pero algo parecía diferente en ella. En mi mente, el momento dentro de la tienda de música con Felipe y la "pista que obtuvimos" pasaba una y otra vez. Lo que le pasó a Juan David es algo que no podía borrar de mi mente, literalmente hizo mover objetos, y se veía tan mal. Lo que sea que haya sucedido, tendrá que contárnoslo cuando logre despertar.

-¿Y tú eres...?

-Nicolás -respondió nervioso-. No veo por qué mentirles.

Todos lo observamos atentamente; se veía distinto a los demás, no estaba tan preocupado como los otros. Miré de reojo a Christian, que parecía algo ansioso.

-Yo, Christian y... llegamos aquí hace semanas.

-¿Semanas antes? -interrumpió Felipe, mirándolos con incredulidad-. ¿Y por qué no habíamos sabido de ustedes hasta ahora?

-Estuvimos escondidos. Esta ciudad no es segura -interrumpió Christian-. ¿Cómo íbamos a saber que había más personas aquí?

-¿Por qué no es segura? -preguntó Alejandra.

-No lo sé con certeza, pero en las noches más frías he oído rasguños o rugidos, o cosas arrastrándose por las calles, o por las puertas gigantes del laberinto. A veces veo luces, o no sé, tal vez me estoy volviendo loco.

-¿Monstruos? Deberías habernos contado todo eso cuando nos conociste. Debiste decir "llevo semanas aquí y he escuchado algo parecido a un monstruo" o algo similar -añadió Alejandra-. ¿Es por eso que no buscaban humanos anoche?

-¿Anoche? ¿Qué pasó en la noche? -preguntó el chico sin nombre.

-Nada, simplemente escuchamos algo afuera, fuimos los tres a ver qué era y había dos tipos afuera. No entraron y dijeron algo como que no debía ser nada, y supongo que fuiste tú -miró a Christian- y le dijo al otro chico, Nic, que supongo eres tú, ¿estoy en lo correcto? Ambos asintieron.

-Deberían haber dicho algo, no lo sé, luego de eso se fueron. Yo me fui a dormir, y Juan David y tú se quedaron en la recepción, ¿no?

-Sí, así es, luego me fui y él se quedó solo y luego... se fue -miró a Christian y a Nicolás-. ¿Ustedes saben dónde estaba?

-¿Cómo iba yo a saberlo? Estuve con ustedes toda la mañana, y todos presenciamos cuando el rarito empezó a gritar y a mover objetos -dijo Christian.

Miré fijamente a Nicolás, que se veía algo ansioso.

-¿Y tú? -preguntó Santiago.

-Ehm... a él..., ¡mierda sí! estuvo conmigo, pero puedo explicarlo.

Casi todos dijimos en coro.

-¿Qué?

-¿Cómo que estuviste con él? ¿Por qué no habías venido antes? ¿Qué está pasando? -dijo Santiago.

-Les contaré todo, lo juro, pero necesito que me dejen hablar y me crean, ¿está bien?

Todos asentimos con dificultad, pero no confiaba en ninguno de esos dos. Algo en Christian estaba raro, como si intentara decirle algo a Nicolás con los ojos, pero él no le prestaba atención.

LOS ELEGIDOS //  (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora