La Mosca VIP. Pt 1

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Advertencia: Esta parte del fic contiene un intento de abuso sexual. Así como descripción no grafica de genitales. 


"Adán miraba al paisaje, llovía a cántaros, caían rayos. Se encontraba refugiado del viento horrible y del frío entre medio de unas piedras, y notaba sobre él la mirada de un niño pequeño, quizás de unos 6 años.

El niño estaba sucio, desnudo, lleno de lodo, y su cabello negro se encontraba tan desaliñado que no podía verle los ojos. Adán estaba seguro de que él estaba igual, pues en sus pies sentía el barro correr por sus dedos mientras los insectos también huían del aguacero no muy lejos de donde ellos se encontraban.

Ambos estaban siendo abrazados con fuerza por lo que se dio cuenta era una mujer mayor. Pechos caídos, cabello marrón enmarañado con canas, piel quemada por el sol. Algo dentro de Adán le decía que la conocía, pues a pesar de que su boca y su nariz mostraban unas características puramente simiescas, los ojos de ella tenían el mismo color en el iris que el suyo.

Pero había una cosa más ahí.  Adán no se lo explicaba. Pues a pesar de que no la reconocía, que estaba tan llena de lodo como ellos, y se notaba que no se había dado una ducha en días...

...Adán sabía que la amaba.

No como el amor que le hubiera dado a Eva alguna vez, si no como el amor que le dio a sus hijos.

Adán no quería apartarse de su lado. Algo dentro de él le decía que mientras los tres estuvieran juntos, no les pasaría nada. Y al parecer ese amor era recíproco, pues la anciana los agarraba al niño y a él con fuerza, como si fueran carga preciosa.

Pero también estaba algo más que el amor que sentía hacia esos desconocidos, y era la tensión. Una tensión compartida por los tres que no era dirigida a la lluvia, a los rayos, o a los insectos. Si no a otra cosa. A algo que estaba cercano.

Y lo escucho.

Y lo vio.

Era un tigre. Uno muy grande.

No como el tigre que convivía con el cordero en Edén. Esa cosa de ahí tenía hambre. Quería carne, y ellos eran eso. Los estaba buscando con su nariz confundida entre la oscuridad y la lluvia.

Adán pronto notó que al lado de él había una piedra puntiaguda, la tomó, pero la anciana lo miró y se la quitó. Ojos preocupados contra los suyos. La anciana le hecho una mirada al niño, y luego a él. Y la vio empuñar la piedra puntiaguda con fuerza. Algo le decía a Adán que, si el tigre se acercaba, la vieja iba a pelear con la bestia mientras ellos corrían.

Adán no quería, un recuerdo del grito desgarrador de un hombre entre las fauces de un tigre lo invadió con un miedo atroz que no quería volver a repetir. Y eso pareció eso notarlo la doña, porque le regresó una mirada firme, mientras lo obligaba a moverse tras de ella.

Fue cuando un rayo cayó seguido luego de un estruendo, y se vino un gran árbol en llamas. El animal se vio horrorizado por eso y huyó, mientras el humo se levantaba debido a la lluvia.

Y luego el niño se levantó, quitándose los cabellos de la cara, para revelar que tenía los mismos ojos marrones que él y la anciana.

Y le vio fascinarse con el fuego del árbol, mientras la lluvia lo apagaba, y la anciana los tomaba a los dos de la mano"

...

Adán de repente abrió los ojos recobrando la compostura.

No estaba seguro de que fue eso, pero lo que sí era obvio era que quizás Todo y Nada tenían que ver con aquello. Al final le habló de una tribu y un hermano. ¿Eran acaso ellos?

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