La letra pequeña del contrato

131 10 1
                                    


Lucifer estaba pensativo por algo que llevaba en su cabeza casi una semana y media.

Una de las cosas que notó al salir de su castillo tras un largo letargo depresivo, fue que todo estaba hecho un desmadre. 

Y todo estaba hecho un desmadre porque nadie estaba poniendo orden realmente. 

Su círculo estaba lleno de problemas, algo que contrastaba mucho con lo que deseaba arreglar Charlie, y la verdad si necesitaba de poner todo bajo control. Con el abandono de su mujer, quien era la que realmente llevaba los pantalones ahí lo quisiera o no, la cosa se había puesto muy difícil en el círculo del orgullo.

Fue así que Lucifer decidió tomar la iniciativa.

Lo primero era volver a levantar el hotel. Había reconectado con su hija tras un montón de tiempo, y no quería perder eso. Así que comenzó a mover sus hilos y empezó a hablarse con los soberanos de los otros círculos.

El primero de todos ellos, Leviathan, quien felizmente le ayudó a mover gente para reconstruir el hotel Hazbin, además de proporcionarle financiamiento para los nuevos materiales de construcción.

Lucifer sabía que podía tratar mejor este asunto con Leviathan que con Mammon. Pues a parte de que el gordo agarrado no soltaba un hellpeso sin que le dieran beneficio, Leviathan era muy, pero muy amigo de él.

Asmodeus, Mammon, Beelzebu, Satán, Belphegor y los padres de los goetia fueron lanzados al sótano junto con Lilith y el por "hacer todo mal, condenarlos a todos y encima poner peros", palabras mas, palabras menos por parte de Metatron. Pero el pobre de Leviathan llegó al infierno bastante después de que los desterraron. De hecho, fue la primera alma de un mortal que cayó en ese lugar, por lo que Lucifer y Lilith estuvieron confortando al dragón marino, sabiendo que nunca vería a su familia allá en el suntuoso cielo. Al final, estando tanto tiempo ahí, Lucifer y Lilith lo tuvieron bajo su ala, terminó por aprender mañas de otros ex ángeles, ganando una cantidad absurda de poder, mutó en la cosa que era ahora y tomó un puesto como parte de los altos mandos. Se relacionaba bastante con Lucifer, incluso uno de los hijos de sus socios salió con Charlie, pero al final cortaron, así que no hubo más que decir al respecto.

Lucifer estaba ciertamente orgulloso del tipo, aunque se comportara como un imbécil con todos menos con él... Pero igual, lo bueno era que se podían pedir favores mutuamente bajo esa circunstancia.

Y es que la siguiente parte del plan, después de reconstruir el hotel, era comenzar a tomar, de vuelta, el control de su circulo. 

Los exterminios por años habían dejado estragos en la población, y ahora que tenía al barrio caníbal del lado de Charlie, podía comenzar a negociar con Rosie su lealtad hacia él. De hecho, y pensando en ganar la lealtad de Rosie, una de las razones por las cuales se quería comunicar con el resto de los soberanos infernales era para limitar el poder de los Overlords.

No era tanto porque él y Alastor se llevaran mal, y no confiara nada en el venado que se decía benefactor de su hija; aunque la verdad si. Más bien era porque las disputas de territorio entre estos, además del control de los bienes y el autoritarismo que tenían sobre la gente en todos malditos lados, había puesto a la ciudad de cabeza.

Quizás ya era hora de cambiar las reglas del juego en el infierno, más para proteger a todos ahí de lo que fuera que les tratara de mandar el cielo después de ese exterminio fallido. No podía dejarle ese trabajo a los amiguitos de Charlie, más si lo que pretendía su hija era que estos tipos abandonaran el infierno. Tenía que blindar su zona, atraer gente realmente fuerte de los otros círculos, además de mantener a raya a los Overlords para que no se aprovecharan de eso, pues esperaba que se dedicaran a tener a la ciudad funcionando como debía de ser.

EngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora