Engel

La Mosca VIP pt. 2

Advertencia: si bien no hay descripciones tan graficas, si se habla de desnudos 

Mirando dentro de aquel bar de mala muerte, Adán no podía creer que la fachada estuviera mejor. 

El lugar era amplio, tenía una bola de disco, una cabina y una barra. Pero no por eso quitaba de en medio que estaba pintando de un morado bastante feo, olía aún más a orines, la paredes estaban manchadas con un color extraño, las mesas estaban feas y viejas, las sillas igual, apenas tenían líquido para trapear por lo que el hedor a vómito se estaba mezclado con lavanda, y estaba seguro de que el baño no funcionaba. En el centro estaba un escenario con un tubo, suponía que era la parte principal.

Catta, ya mal acostumbrada a esta visión, se quitó la gabardina en el momento que entró detrás de la barra y mostró que traía un corset que apenas tapaba su senos, un pequeño shorts que casi parecía una panty y sandalias de tirantes. Comenzó a arreglar los vasos en el contador, y a poner algunas botellas de licor fuera, mientras lavaba los sifones de la máquina de cerveza antes de conectar el barril.

- Bartender - le dijo Adán en tono de pregunta.

- Y bailarina en ocasiones. El personal aquí apenas es pagado, por lo que tenemos que recurrir a las propinas de la clientela.

- Ya.

- Por cierto, hasta ahora no me has dicho como llamarte- le comento Catta.

- Mi nombre es, uhm... Puedes llamarme Aaron.

Fue lo primero que se le ocurrió. Estaba siguiendo el mismo consejo que Catta le dio antes de llegar al bar, y la verdad no deseaba que nadie en el infierno supiera quien era. Aquí en el infierno era Aaron, no había nada más que agregar al respecto.

- Aaron, ok. Quiero pensar que no es tu nombre real, o es un mote. Es mejor así. Dar tu nombre real aquí es un peligro latente, lo supe de mala manera.

- Dar tu nombre real en cualquier sitio desconocido es mala idea en cualquier lado - murmuró Adán, a lo que Catta hizo una mueca - Pero vamos al grano, ¿qué debo hacer aquí?

- Lo que tienes que hacer es andar junto con Benny, nuestro dj, ahí en la cabina, y golpear a los tipos que se propasen y no quieran pagar.

- Eh, eso es fácil.

- Claro que en algún momento vas a tener que subirte al tubo. Fue lo que quedaste con Scrofa.

- ¿Qué?

- No te preocupes cariño, si es algo difícil llamar la atención de la gente aquí, pero puedo mostrarte un par de movimientos - le dijo Sùrita - Solo observa.

La verdad no estaba seguro si Sùrita estaba tratando de seducirlo o si estaba tratando de ayudarlo, pero daba igual. Quizás debía anotar mentalmente una o dos cosas, pero estaba un poco distraído con el culo de la muchacha. Lo extraño fue que después de un minuto si estaba registrando los movimientos de la chica. Y aprendiéndolos, para acabarla de amolar. Quizás con esa base hasta podía probar nuevos, pero no estaba seguro.

- ¿Muy sorprendido, no? - se rió Sùrita - Hasta abriste tu ojo de la frente.

Adán se dio cuenta avergonzado de que tenía otra vez ese condenado tercer ojo abierto. Por eso fue que sintió presión en la frente de forma repentina.

De ahí se percató de dos cosas. Uno, el ojo al parecer no solo le permitía ver "algunas cosas más allá de lo evidente", también podía aprender y copiar en tiempo record. Era el ojo de Dios, no esperaba menos. Solo que le hubiera gustado que esa habilidad maravillosa no le hubiese impreso en el cerebro como bailar en un tubo. Lo segundo era que, ahora alrededor de otras personas, Catta destacaba aún más. El ojo miraba que el resto de los empleados tenia una ligera aura oscura a su alrededor, la chica gato no.