Capítulo VIII

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El embarazo prosiguió normal, la aldea esperaba con ansias el primogénito de Naruto Uzumaki y Hinata Hyuga. Habian pasado cinco meses desde que se enteraron del embarazo, aún faltaban algunos meses para que el bebé naciera.

Para este momento, habían asistido a algunas bodas de sus amigos más cercanos, entre ellas la boda de Shikamaru y Temari, así como la de Ino y Sai.

Sakura, se encontraba fuera de la aldea en una misión importante, decidió acompañar a Sasuke a una de sus largas misiones de investigación.

La pareja se encontraba caminando por la aldea rumbo al hospital para su chequeo semanal, el día estaba particularmente claro y el sol bañaba las calles de Konoha con una hermosa luz dorada.

Naruto y Hinata caminaban de la mano intercambiando sonrisas y charlando alegremente, lucían radiantes y llenos de felicidad, con suerte, les revelarían por fin el género de su bebé.

Durante el trayecto hacia el hospital, la gente de la aldea los saludaban y los felicitaban a menudo. Era evidente que el nacimiento de su bebé era un acontecimiento importante para la aldea, que estaba entusiasmada por conocer al nuevo miembro de la familia Uzumaki.

Al llegar fueron recibidos por Shizune, quien tenía una sonrisa tranquila y confiada en su rostro.

—Naruto, Hinata, están aquí, en un momento los haremos pasar. —dijo la pelinegra tranquilamente.

—Entendido, gracias. —contestó el rubio con una sonrisa en su rostro. —Deberías sentarte un rato, no es bueno que estés haciendo mucho esfuerzo. —dijo mirando a su esposa.

—Naruto-kun, estoy bien. —dijo Hinata con una ligera carcajada.

Después de un rato de estar en la sala de espera, Shizune salió del cuarto llamándolos para que pudieran entrar.

—Todo esta preparado para su chequeo, adelante. —les dijo mientras los guiaba a una de las salas de examen.

Una vez en la sala, la pareja se preparó para la ecografía. La tecnología de Konoha había avanzado considerablemente, permitiendo que momentos como estos sean más significativos.

Aplicó el gel frío en el vientre de Hinata y comenzó a mover el transductor. En la pantalla una pequeña figura comenzaba a tomar forma y ambos se inclinaron para ver mejor.

—Se ve muy bien, saludable. —dijo Shizune con una sonrisa.

—Me alegro tanto. —contestó Hinata aliviada.

—Durante esta etapa, el bebé comienza a distinguir sonidos, los latidos del corazón y la voz de su madre. —explicó. —Es el momento perfecto para comenzar a hablarle, aunque me imagino que, ya lo hacen ¿no es así Naruto?

La pareja solo río con ternura.

—¿Les gustaría saber el género de su bebé?

Naruto asintió con entusiasmo incapaz de esconder su emoción, mientras Hinata le agarraba su mano con fuerza, asintiendo también.

—Bien, felicidades, es un niño. —anunció con una gran expresión de sonrisa en su rostro.

Una sonrisa se formó en el rostro del rubio, quien casi saltaba de alegría.

—¡Tendremos un niño! —exclamó muy emocionado. —¡Seré padre de un niño!

—Un niño. —murmuró Hinata con lágrimas en los ojos. —Nuestro pequeño.

Miro a su esposo y este inmediatamente la beso, con felicidad en el corazón y con su amor infinito.

El camino de regreso a casa estuvo lleno de planes y discusiones sobre nombres, Naruto, como siempre, entusiasmado y Hinata manteniendo la calma y tan tranquila como siempre.

La gente de la aldea, era testigo del amor que la pareja se tenía, de como Naruto cuidaba y se preocupaba ella, y de como ella le daba seguridad.

Antes de llegar a su hogar decidieron tomarse un tiempo para visitar a sus seres queridos al cementerio.

—Neji-nissan. —susurró la oijiperla. —Tendremos un niño, queremos que nuestro hijo crezca sabiendo quién eres y el sacrificio que hiciste por todos nosotros. Siempre estarás en nuestros corazones.

Naruto, de pie a su lado tomó la mano de Hinata y añadió.

—Prometo intensamente cuidar de nuestra familia tal como tú cuidaste de todos nosotros. Tu espíritu vive con nosotros y en el futuro que construiremos juntos.

Hinata dejó unas flores junto a la tumba de Neji mientras una suave brisa acariciaba sus rostros, como si el espíritu de Neji estuviera ahí, dándoles su bendición. Se quedaron en silencio unos minutos sumidos en sus pensamientos y recuerdos antes de volver a emprender el camino a su hogar.

Al llegar al hogar, se sintieron más unidos que nunca. La tarde transcurrió tranquila, llena de conversaciones sobre el futuro que les aguardaba.

Juntos, decidieron que el nombre de su hijo llevará consigo un homenaje a Neji, como un símbolo de respeto y amor.

—Boruto. —dijo el rubio muy feliz mientras repasaba el nombre de su hijo. —Me gusta.

Bajo suavemente su cabeza hasta el vientre de su esposa para acariciarlo.

—Hola Boruto, soy yo, tu padre. Tu madre y yo te esperamos con ansias. —dijo mientras frotaba la barriga de su esposa.

Hinata asintió con una sonrisa, sintiendo la calidez y el amor de su familia. Juntos, sabían que enfrentarían cualquier desafío, apoyándose mutuamente.

La noche cayó sobre la aldea, y mientras el mundo exterior se sumía en su silencio, Naruto y Hinata, en su hogar, limpiaban con ansias lo que sería la habitación del nuevo miembro de la familia, con la promesa de un nuevo amanecer lleno de esperanza y amor.

Hinata, cansada, decidió bajar a prepararse un té. Mientras alistaba todo, un montón de pensamientos la invadieron.

—¿Y si no soy buena madre? —pensó. —¿Qué pasa si no puedo darle lo que necesita?

Lágrimas comenzaron a salir, estaba muy feliz por la llegada de su hijo, pero no podía evitar pensar esa clase de cosas.

Estaba asustada, convivió poco con su madre y su padre nunca le dio ese amor que todo niño necesitaba, ella nunca conoció esa clase de cosas.

De repente la puerta se abrió.

—Hina, acabé de mover las cos...—no terminó de hablar al notar a su esposa llorando. —¿Qué pasa? ¿Te sientes bien? ¿Te pasó algo?

—Si, todo está bien. —dijo la ojiperla mientras se secaba las lágrimas. —Es solo que...

—¿Qué?

—Tengo miedo. —dijo. —Miedo de no ser una buena madre para este bebé, de no darle el amor que necesita, de no ser suficiente para él, no sé como hacerlo y me asusta.

En un momento abrazo a su esposa consolándola. La agarró de los hombros y la miró a los ojos.

—¡Hinata! Eres una mujer grandiosa y espectacular, siempre te preocupas por los que amas y tienes un alma maravillosa y muy especial, estoy seguro que este bebé tendrá amor de sobra, ¡Serás una madre excelente y maravillosa! No tienes porque preocuparte por eso. Está bien tener miedo, nadie nace sabiendo ser madre, pero tú, tienes un corazón tan puro, serás una madre increíble, estoy seguro de eso.
Yo estaré contigo en cada paso que des, tenlo por seguro, y te prometo que seré el mejor padre para este pequeño.

La abrazo fuertemente y la beso con delicadeza, un beso lento lleno de amor.

—Naruto-kun, gracias. —dijo ella mientras se aferraba a su abrazo.

Desde su hogar, se veía el amor que se irradiaba, no había duda de que su hijo crecería rodeado de amor.

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