Capítulo V

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Se levantó un poco más tarde de lo normal, el rugido de su estómago le recordaba la falta de alimento debido a su cansancio, no había tenido oportunidad de comer algo.

Preparó algo sencillo y ligero para ella, un té y algunos panqueques recién hechos. Sin embargo, al dar el primer bocado, las náuseas la invadieron con fuerza, retorciéndole el estómago y haciéndola temblar de malestar. Intento luchar contra esta sensación pero fue en vano, un mareo repentino hizo que saliera corriendo inmediatamente al baño, llegando justo antes de que su estómago vaciara su contenido.

Arrodillada frente al inodoro, lagrimas de frustración y confusión comenzaron a salir, trataba desesperadamente de encontrar alguna explicación para su malestar. Otra ola de náuseas repentinas llegó, obligándola a expulsar el contenido de su estómago.

—¿Me habrá caído algo mal? —preguntó para si misma.

Soltó la llave del inodoro y mientras se lavaba las manos, un pensamiento le vino a la mente.

—¿Será posible? —pensó.

Aún así, seguía creyendo que su malestar sería pasajero, una simple molestia matutina que pronto se disiparía. Convencida que pronto se sentiría mejor, decidió no darle demasiada importancia por el momento, optando por salir a caminar un rato esperando que se sintiera mejor.

Antes de salir, el teléfono de la casa comenzó a sonar insistentemente. Corriendo, se dirigió hasta el dispositivo, era el Hokage.

—Hinata, necesito que te reúnas conmigo ahora en la entrada principal de la aldea. Tenemos una situación que requiere tu habilidad y la de otros ninjas de tu nivel. —dijo Kakashi, algo preocupado.

Intrigada y preocupada por la repentina llamada del hokage, se apresuró a vestirse adecuadamente y se dirigió a la dirección designada. Estaba algo preocupada porque aún se sentía algo mal, pero sabía que debía cumplir.

Al llegar, se encontró con Kakashi junto con varios otros ninjas de renombre, con una expresión seria en su rostro.

—Tenemos información acerca de actividad sospechosa en las afueras de la aldea. No sabemos exactamente quiénes son ni cuáles son sus intenciones pero necesitamos investigar y asegurarnos que no sean una amenaza para nuestra aldea. Su misión es mantener la vigilancia. —explicó Kakashi cuando Hinata se unió a ellos.

Con determinación Hinata asentó y se puso en marcha en su misión, dejando atrás su malestar y preparándose para lo que sería un largo día.

En medio de la tarde, cuando se encontraba en su turno de vigilancia, los malestares volvieron.

Comenzó a sentir un dolor inexplicable en la cabeza, distrayéndola de su misión.

Preocupada ya por su bienestar, decidió ir al hospital, pero no sin antes reportarle al hokage acerca de su estado.

—¿Kakashi-sensei? —dijo mientras tocaba la puerta de su oficina.

—Oh Hinata, adelante, pasa. —dijo despreocupado.

—Quería informarle que me retiraré un momento de la misión. Me he estado sintiendo mal desde hace unos días, y quería pasar por el hospital.

—Ya veo, ¿con que seguiste con las molestias?

—Umm, si.

—No te preocupes Hinata, quedas ausente por estos días hasta que puedas recuperarte. —dijo con un tono de preocupación.

—Muchas gracias Kakashi-sensei. —dijo mientras salía de la oficina.

Kakashi, se preocupó, le llamó la atención que Hinata esté algo decaída, y aunque no quería asignarle otra misión tan pronto, necesitaban de sus habilidades, siendo ella la mejor con el Byakugan en el clan.

Camino hasta el hospital, y mientras estaba en sala de espera se encontró con su amiga Sakura, quien cumplía su jornada de trabajo.

—¿Hinata? ¿qué haces aquí? —preguntó confundida de verla ahí.

—Hola Sakura-san, vine por algunas molestias, me he estado sintiendo algo mal últimamente. Desde antes que regresemos de la misión he sentido mareos extraños y mucho cansancio.

—Ya veo, eso se puede significar muchas cosas sabes, hiciste bien en venir. Rezo para que todo esté bien. —dijo intentando calmar a su amiga.

—"Hyuga Hinata." —una enfermera la llamó.

—Suerte. —dijo la pelirrosa despidiéndose.

Entro al cuarto encontrándose con una médico muy amable que le hizo algunas preguntas sobre sus síntomas.

Después de un examen exhaustivo y algunos análisis, la doctora regresó con una expresión suave y relajada en el rostro.

—¡Felicidades! —dijo la doctora con una sonrisa.

—¿Eh? —dijo la ojiperla confundida

—Hinata. Estás embarazada, muchas felicidades. —aclaró la médico con una sonrisa.

Sus ojos se abrieron de sorpresa y sentimiento, sintió como el mundo giraba a su alrededor. Miedo, sorpresa y profunda alegría la invadieron.

—Ahora estás en el primer trimestre de embarazo, tu bebé es tan pequeño que se alimenta de tu chakra, ya que aun no tiene una red de chakra como tal, por lo que depende de su madre. —explicó la doctora. —Es normal que durante este tiempo hayas experimentado todos esos síntomas, es parte del crecimiento de tu bebé.

La doctora sacó un pequeño frasco que contenía algunas semillas y le entregó una a la ojiperla.

—Ahora mismo, tu bebé es de este tamaño.

Hinata, con ambas manos sostuvo la pequeña semilla que la doctora le estaba dando.

—Es tan pequeño. —dijo con una expresión de ternura y cariño para después tocarse la panza y sonreír.

Salió del hospital, y claro, las noticias volaban.
Todos hablaban acerca de que el héroe de la aldea iba a ser padre junto con la princesa del clan Hyuga.

Hinata salió con una felicidad enorme, pero a la vez, miedo, de no saber cómo hacerlo, de cómo ser madre, de fallar. Aún así, se sentía plenamente feliz por cargar el fruto de su amor con el chico de sus sueños en su vientre, una felicidad inexplicable y un sentimiento tan único que es indescriptible. Mientras tanto, las lágrimas de emoción comenzaron a salir. El sol se estaba poniendo, debía llegar pronto a casa.

Y aunque no había pensado aún en cómo le diría a Naruto la noticia, esperaba que el se alegrara tanto como ella lo estaba.

Por otro lado, Kakashi se encontraba en su oficina, cuando un correo le llegó. El resumen de todos los ninjas que fueron al hospital, cada semana le llegaba un reporte nuevo.

Afortunadamente no eran muchos, eso siempre era bueno. Entre los pocos nombres busco el de Hinata, realmente lo pensaba, ya que ella es una de las principales kunoichis de la aldea de la hoja.

Al leer su diagnóstico, sus ojos se abrieron de emoción, volvió a releer una y otra vez el diagnóstico para confirmar, cuando por fin cayó en cuenta de la realidad, un sentimiento de felicidad y orgullo lo invadió.

Una sonrisa se dibujo debajo de su máscara.

—Bueno, supongo que ahora las cosas van a ser distintas. —se dijo a si mismo. — Naruto, Hinata, que feliz estoy por ustedes.

"Hyuga Hinata: primer trimestre de embarazo."

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