Capítulo X

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Pasaron los días y la familia Uzumaki ya se encontraba en su hogar con el nuevo y pequeño integrante de su familia.

Las visitas de amigos y familiares no se hicieron esperar. Ino, quien aún se encontraba en espera de su primer bebé junto con su ahora esposo Sai, fue una de las primeras en llegar a visitarlos.

—Es un niño hermoso Hinata. —dijo Ino mientras sostenía al pequeño. —Espero que Inojin y Boruto sean grandes amigos.

—Lo serán, estoy segura. —contestó la ojiperla con una sonrisa.

—Oye Hinata, aquí entre nosotras, ¿el parto duele mucho? —preguntó Ino ansiosa.

Una pequeña risa salió de la ojiperla.

—Digamos que en una escala del uno al diez, un mil. —contestó. —Pero al final, créeme que valdrá la pena, no te asustes, tendrás a alguien a tu lado. —dijo mientras miraba a Sai, quien se encontraba charlando amenamente con Naruto.

Temari y Shikamaru también llegaron a visitar, al parecer, la Hyuga había sido la primera de su generación en dar a luz, ya que Temari aún seguía embarazada.

Quienes no podían faltar eran Kiba y Shino, quienes llegaron con regalos para el pequeño.
Y claro, Kurenai, que llegaba con su pequeña hija Mirai, llevando regalos y palabras de aliento para los jóvenes padres.

Iruka y Konohamaru también estuvieron presentes. Konohamaru estaba más que emocionado por el pequeño e Iruka no podía ocultar el orgullos hacia sus ex alumnos.

—Es igual a Naruto. —dijo Konohamaru.

—Pero sus rasgos son delicados igual que los de su madre. —dijo Iruka mientras miraba al pequeño. —Naruto, Hinata, que orgulloso me siento de ustedes.

Los días se convirtieron en semanas y Boruto crecía rápidamente, rodeado de amor y cuidado. Naruto y Hinata se adaptaban a su nuevo papel como padres aprendiendo con cada día que pasaba.

Naruto continuaba con sus misiones, pero siempre encontraba tiempo para su familia, y mientras tanto Hinata tenía licencia de maternidad, así que por el momento no se encontraba activa.

Una noche mientras Naruto balanceaba a Boruto para dormir, miró a Hinata y con una sonrisa en la cara le dijo:

—Prometo que siempre estaré aquí para ustedes, sin importar que.

—Lo sé Naruto-kun, juntos podremos con todo. Gracias, por ser un gran padre y esposo, te amo.

—Yo te amo mas mi Hina, gracias por darme una familia, por permitirme ser el padre de este hijo.

La mañana siguiente amaneció soleada, los aires de abril ya se sentían plenamente.

En la entrada de la aldea, una pelirrosa se acercaba cada vez más, acompañada de un alto pelinegro, quien sostenía lo que parecía ser un bebé en brazos.

Sasuke y Sakura habían regresado de su tan larga misión, y al parecer, no llegaban solos.

Caminaron por la aldea hasta llegar a la torre del hokage. Sakura tocó ligeramente la puerta.

—Adelante. —se escuchó a través de la puerta.

Abrieron y entraron, encontrándose con Kakashi quien estaba revisando unos documentos detrás de su escritorio. Al levantar la vista sonrió debajo de la máscara al ver a dos de sus pupilos frente a él.

—Sasuke, Sakura, han regresado. —exclamó Kakashi. —¡Que alegría verlos!

Sakura sonrió y avanzó, mientras Sasuke sostenía al bebé con cuidado.

—Igualmente Kakashi sensei. —dijo Sakura sonriendo. —A propósito, queremos presentarle a alguien.

Sakura tomó suavemente a la bebé en brazos y la acercó hacia su maestro.

—Nuestra hija, Sarada. —dijo Sakura con orgullo en la voz.

Kakashi se quedó inmóvil por un momento, sus ojos se abrieron de par en par, y por un segundo, parecía que su máscara no podía ocultar su boca abierta de asombro.

—¡¿Qué?! —exclamó sorprendido. —¿Ustedes tuvieron una hija? ¡¿Ya?!

Sasuke asintió con una rara expresión de suavidad en su rostro.

—Si, Kakashi sensei, ella es Sarada, Sarada Uchiha.

Kakashi se acercó, mirando al bebé con ojos llenos de ternura y sorpresa.

—Es...es hermosa, pero no puedo creerlo. Sasuke, Sakura, ¡ustedes dos! —dijo tratando de procesar la información. —Felicidades a ambos. Creo que no perdieron el tiempo eh. —dijo nervioso.

Ambos se sonrojaron con nerviosismo.

En ese momento Naruto entró a la habitación acompañado de Hinata y Boruto y al ver los rostros de sus amigos ambos reflejaron alegría y asombro.

Tenían planeado visitar a Kakashi, ya que el les había insistido anteriormente de conocer a Boruto, debido a que por su trabajo aún no había tenido tiempo de visitarlos.

—¡Sakura! ¡Sasuke! ¡Están de vuelta! —exclamó corriendo hacia ellos. —¿Y ese bebé? no me digan que...

—Si, es nuestro, bueno, nuestra en realidad, Sarada, nuestra hija. —dijo Sakura.

—¡¿Queeeeeeeeee?! ¡No puedo creerlo! ¡Sasuke y Sakura tienen una hija! —gritó el rubio asombrado.

Hinata se acercó con los ojos muy abiertos.

—Wow, es increíble... —susurró. —Felicidades, es una niña muy hermosa. —dijo Hinata mientras miraba a Sarada con una sonrisa cálida.

—Gracias Hinata, veo que ustedes también llegan acompañados.

—Así es, él es Boruto, nuestro hijo.

—Por dios, es tan lindo. Me alegro mucho por ustedes chicos. —dijo la pelirrosa con una enorme sonrisa.

Naruto seguía mirando a Sarada maravillado.

—Sasuke...esto es increíble, ¿Cuándo...cómo...? —preguntó sorprendido aún procesando la noticia.

—Ha sido un viaje largo —respondió Sasuke con una ligera sonrisa. —Pero queríamos asegurarnos de que Sarada conociera su hogar.

Kakashi, aún en shock, se pasó una mano por la cabeza.

—Esto...esto es algo que no esperaba. Primero Sasuke y Sakura se van y ahora regresan con una hija. Ustedes nunca dejan de sorprenderme.

Sasuke sonrió levemente.

—Supongo que ahora somos padres, de una nueva generación. —dijo Naruto dirigiéndose a Sasuke.

—Es increíble como cambia todo. —dijo Sakura con nostalgia.

—¿Tienes algún plan ahora que has regresado? —preguntó Naruto dirigiéndose a Sasuke.

—Me quedaré por unos meses, quiero asegurarme de que ellas estén bien. —contestó mientras observaba a Sakura y su hija. —Me iré después, hay algunas cosas que necesito resolver, además, después de todo lo que he hecho tengo claro que no puedo quedarme.

—¿Qué quieres decir, Sasuke?

—Naruto, mi camino aún no ha terminado. Hay sombras del pasado que necesito enfrentar y redimirme por completo de mis acciones. Quiero proteger a mi familia y a la aldea, y lo haré desde las sombras.

Naruto asintió levemente intentando entendiendo las palabras de su amigo.

—Lo sé, pero recuerda que siempre tendrás un hogar en Konoha, es tu hogar y siempre lo será.

Sasuke asintió.

Naruto y Hinata salieron del lugar despidiéndose de sus amigos, y decidieron pasar un rato fuera de la aldea, paseando a su hijo y pasando el tiempo de calidad como pareja.

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