Las Cuatro Paredes De Mi Cuarto ✔️[ INEFABLE 1]

PRÓLOGO

Lo que toca el
Alma, no se
Olvida.
@Diariodereflexion.

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Ser parte de un grupo no era una de mis opciones al llegar a aquel pueblo, pues mi única intención era buscar mi propia tranquilidad mental junto a mi espacio de confort, cómo podría asegurar que tal pensamiento de amor propio  estando sola o en este caso viviendo sola, me llevaría a conocer aquella oscura locura que podría atemorizar hasta a una calavera. En cuestión de todo esto me refiero y me sumerjo ha una sola aseguración y era que ellos, querían enseñarmen el verdadero significado de mi llegada.

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Frente a la mesa de billar en medio del salón se encontraban tres chicos, que discutían por una evidente situación que estaban por enfrentar. La insensible frialdad y inexpresiva personalidad de Paul, habitaba en la habitación en pleno silencio como si su mundo se tratase del desierto. Por otro lado Stanley quien maneja una personalidad ocurrente,  siempre buscaba una solución a las teorías. Y Stuart de empática personalidad sarcástica, de mordaz crueldad pero de carismática fascinación; pues el era tan ingenioso como sus otros dos amigos. Esto los aseguraba a encontrar una solución y a idear un plan que les atribuyera en sus propósitos.

En cuanto Paul se encontraba en el sofá con un cigarro entre sus dedos, Stanley miraba la vieja página de un libro. Esto les constaba que idear un plan no sería pan comido, pero tampoco estaban adversos a lo que estaban a punto de definir.

Stuart se encontraba de pie en una de las esquinas de la habitación, sus ojos estaban fijos en  la ventana de cristal que era golpeada con violencia por las gotas de lluvia. Desde su perspectiva podía manifestar pensamientos he ideas que jamás estarían agregadas en la lista de sus amigos. Pero el era tan cauto que sus ideas debían ser esas. Su mirada estaba tan irritada pero aún así mantuvo su gesto serio.

El joven sabía perfectamente que debía de arreglar las cosas a su manera, puesto que deseaba que sus planes y los de sus amigos salieran como el lo esperaba. No abría cabida para ninguna falla eso le repetía sus voces internas…

Quien te dijo que habría fallas >decía una de ellas.

Puede que halla problemas >expresó otra de las voces.

Ninguna de las voces tenía razón, porque Stuart esperaba que el mismo destino se encargara del resultado final.

Paul el peli negro de ojos profundamente azules chasquea la lengua luego de tirar la colilla del cigarro sobre el suelo de mármol y pisotear lo que queda del tabaco.

—¿esperamos por ella?

Pregunta Paul.

—Que crees — ladea los labios Stanley quién deja el libro sobre su regazo.

Las voces de los dos jóvenes siguen resonando en la sala que se iluminaba con una luz tenue desde el techo en medio de la mesa de billar.

En cambio Stuart seguía observando la ventana, escuchaba la voz de sus amigos pero también escuchaba una voz más fuerte profunda y gélida dentro de su cabeza, que le decía.

—bienvenida Ella.