Las Cuatro Paredes De Mi Cuarto ✔️[ INEFABLE 1]

Capítulo 25🥀Cafetería

Cory 🥀

Me removí incómoda con lo que dijo y tomé una de sus manos mientras juego con sus dedos.

—Pero…— el me interrumpe.

—no es lo que tu estás pensando— contestó.

Pero que más quería que pensara, por un momento definir que el no sentía amor o que sentía que nadie lo amaba era una manera que me hacía confundir, si realmente el sabía perfectamente que yo lo amaba.

—Hay distintas maneras de sentir amor…— musitó.

—y de cuál clase de amor me hablas — quise que me respondiera con explicaciones pues no quería mal interpretar las cosas.

—Cuando llegas al mundo el primer amor que sientes es el de tu familia — solté su mano luego de que dice aquello y noto que el se incomoda.

En el instante se levanta del sofá y comienza a vestirse, me quedé estática sobre el sofá detallándolo sin impedir que el se vista; tal vez sin darme una respuesta sobre su vida o sobre lo que le a pasado. Ahora entendía que su mayor tristeza era su familia y quería saber porqué…porqué sentía una especie de rencor que se plasmaba al mirarme a los ojos. Porqué sentía incomodidad de hablar de ello, que le sucedió…y quien es Stuart Clark realmente.

—Porqué jamás me das una respuesta exacta — la molestia se vio reflejada en mi rostro.

—No entenderías — estableció y ajustó los botones de su camisa.

—No me tienes la suficiente confianza, no es así — manifesté sintiendo mi corazón que se encoge.

—Ya te dije…no entenderías, acaso no oyes — me regañó reparándome fríamente y lo miré mal.

Me incorporé en el sofá y cubrí mi pecho con mi camisa, bajé mi vista al suelo y me encargué de no mirarlo hasta cuando se marchó cerrando la puerta que resuena por cada rincón de la casa. Me vestí lo más rápido posible y corrí hasta mi cuarto encerrándome allí hasta la siguiente mañana.

🌷🌷🌷

Me encontraba en la tienda de historietas atendiendo a un joven que tenía estilo de obsesionado por los Cómics pues lo entendía; cómo no gustar de algún personaje que lo represente o haga cosas que gusten dentro de los bocadillos de las historietas o de los cómics. El joven llevaba una hora completa escogiendo entre dos de las historietas. Por un momento me pidió de mi opinión, pues entre las dos le recomendé la que yo había leído en algunas ocasiones, lo cual me gustaba mucho el final. Quién creía que una animación de animalitos y de personajes héroes podía entretener tanto a un niño como un adulto, es como si de esa animación el celebro disfrutara de la distracción.

—bien, creo que me llevaré la que me recomendaste…además como no aceptar la recomendación de una chica tan bonita como tú — el joven que aparentaba mi edad me contempla con una sonrisa coqueta.

—he —no supe que decir y me sonrojé como un tomate.

El joven se veía amigable además de su coqueteo inesperado, admito que me ponía nerviosa cuando si de coqueteos se hablaba; diría que demasiado nerviosa pues la última vez que me pasó algo vergonzoso fue en la ciudad cuando mi madre me presentó un amigo muy querido y este venía acompañado de su hijo. Por casualidad el chico me coqueteó y terminé muda sin al menos darle una respuesta, eso sin quitar que tropecé con el sofá al intentar huir del joven que pensó que yo era extraña. Pero en realidad eran los nervios que me ganaban más que ni la misma curiosidad.

Por obra de gracia hasta el momento no he tropezado con algo o he hecho un ridículo cuando veo ha Stuart, pues eso me hace sentir orgullosa.

—cuánto cuesta preciosa — preguntó el joven sacándome de mis pensamientos.