La cita

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Se veía tan sexy, frente a la ventana. Inhalaba el humo del cigarro con una gracia que no he vuelto a ver en nadie más. Esa postura erguida, ese rostro hermoso que no dice nada, toda su aura incita sexo, y yo solo pensaba en eso.

—Veo que te gustó el texto que preparé.

—Sí excepto la parte que dice que eres mi novio —respondo.

—Yo tampoco quiero ser tu novio Becca. —continua después de dejar escapar el humo de su boca suavemente, mientras se acerca. Esos ojos son más hermosos de cerca, no puedo evitar mirarlos detenidamente para luego pasar a sus labios entreabiertos.

—¿Cuánto te debo?

Agarra mi mentón, levantando mi rostro y haciendo que vuelva a mirarlo fijamente —Te voy a preguntar por única vez Becca, ¿Estas dispuesta a pagar?

—¿Porqué?

Se acercó aún más, sus manos rozaron las mías, nuestros labios estaban demasiado cerca, mientras nos mirábamos fijamente. Como si pudiese leer sus ojos. Acarició mi pelo colocándolo detrás de la oreja, y luego mi rostro. Bajo su mano suavemente por mi silueta hasta que colocó sus manos justo encima de mis nalgas, apretando mis caderas y arqueandome hacia él.

Roso sus labios húmedos contra los míos, y luego los separo un poco, los volvió a juntar y mordió suavemente, sus labios son tan suaves y delicados, pero su lengua follo mi boca, como si fuese mi bendecido clítoris. Se detuvo el mundo a mi alrededor, él tiene el don de dejarme deseando más. Quiero más.

El escalofrío recorrió mi cuerpo, y me dejó sin aliento, mis manos aprietan mi falda, ni siquiera tengo el valor de tocarlo, aunque lo deseo. Simplemente estoy inmóvil. Todos hemos sentido esa necesidad de perder el control, y ese miedo del ¿Qué pasará si lo hago? ¡Y sí es algo capaz de enloquecer a cualquiera!

—Tú pago será llamarme cuando lo desees, pero cuidado con lo que pide señorita, todo tendrá un precio — susurro a mi oído, tan cerca que podía sentir su respiración. Él sabía lo que quería, como si leyera mi mente o todo estuviese planeado. Estaba jugando conmigo y yo estaba dispuesta a ser su juguete.

Se ha ido, sólo se fue después de dejarme caliente, maldito estúpido. —¡No te llamaré idiota! —en serio me lo creí después de gritarlo, como si alguien me escuchará. Pero no podía parar de pensar en él.

Son las 6 pm y le he mandado un mensaje: —Quiero más.

Ya dieron las 7 pm y no responde, que esperabas Becca para que mandas ese mensaje, si el solo quiere jugar contigo. Al carajo se lo estoy poniendo muy fácil, no insistiré otra vez.

7 : 30 pm Mensaje de Luka:
—Buenas noches, señorita, llámeme.

Antes era niñata y ahora me trata de usted ¡No lo soporto, pero es tan guapo! Automáticamente se olvidó mi enojó y lo llamé.

—Buenas noches señorita —esa voz seductora al otro lado del móvil tiene el don de quebrar mi mundo en pedacitos, lo peor es que mi mente psicópata lo disfruta. Fue la primera vez que grabé su voz en una llamada. No imaginé como me torturaría luego, lo mismo.

—Buenas noches —no sabía que decir, y como siempre que bajo la guardia, él tomo el control de la situación.

—¿Qué quieres exactamente Becca?

—Solo quería... no lo sé, hablar. —respondí insegura

—No tengo intenciones de hablar Becca.

—¿Y cuáles son tus intenciones? — pregunte

—Eso te lo explicaré de frente, en el parke al lado del instituto, en media hora, ¿Ok?

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora