15: Tragarme su dolor 🦆

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–Me encontré con Jeongin en el pueblo —confesó el príncipe al caballero, quien estaba sentado en el sillón de su propio hogar, atento a cada palabra que salía de los labios de su alteza.

Minho sostenía una taza de té entre sus manos, pero al escuchar la confesión, la sorpresa y la distracción causaron que el contenido se derramara en el suelo, creando un charco cerca de sus pies.

El caballero se quedó inmóvil por un instante, observando el líquido derramado en el suelo con una mezcla de sorpresa y preocupación. Sus ojos buscaron los del príncipe, buscando alguna explicación en su mirada. –¿Jeongin? —preguntó, con la voz ligeramente temblorosa. La mención del nombre del joven era inesperada y despertaba una serie de preguntas en su mente.

El príncipe asintió con solemnidad, notando la reacción de su leal caballero. –Sí, Jeongin —confirmó.

–Alteza, ¿sabe lo grave que es que Jeongin esté aquí? —el caballero dejó la taza sobre la mesa de centro con algo de brusquedad –Él mismo lo encerró en este lugar.

El príncipe asintió con solemnidad, comprendiendo plenamente la gravedad de la situación. –Lo sé, Minho —respondió con seriedad, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. –Pero algo debe haber sucedido para que Jeongin se arriesgue a venir aquí. Debemos descubrir qué está pasando —sus ojos reflejaban determinación mientras se ponía de pie, caminando hacia la chimenea y observando el fuego con gesto reflexivo.

–En eso tiene razón, pero ¿y si es parte de su plan? ¿Será una trampa? —Minho suspiró largamente, el cansancio evidente en su gesto, mientras mordía su labio con preocupación.

–No importa, no permitiré que haga de las suyas en ambos mundos. Este no es su territorio, y nuestro hogar ya no es suyo... Ya no lo es —declaró con determinación, aunque su voz mostraba una mezcla de tristeza por lo que estaba dispuesto a enfrentar.

Al comprender el verdadero significado detrás de las palabras de su alteza, el caballero no pudo evitar mirarlo con pena. Él conocía la historia de ambos porque había estado ahí en ese tiempo, compartiendo tanto los momentos de gloria como los de dolor.

–Estoy contigo, mi príncipe —declaró con determinación mientras se levantaba de su asiento. Se colocó a su lado y se arrodilló, mostrando así su lealtad inquebrantable. –A donde sea que vayas, yo iré sin refutarle —su voz resonó con solemnidad, comprometiéndose a seguir a su líder en cualquier desafío que se presentara.

El príncipe asintió con gratitud, reconociendo el gesto de lealtad de su valiente caballero. Con una mano, colocó suavemente sobre el hombro del caballero arrodillado, transmitiendo su aprecio por su fidelidad. –Gracias, Minho —dijo con voz serena pero llena de determinación.

En ese momento, Jinsen llegó con su esencia mágica algo alterado, rodeando a Hyunjin con una energía inquietante. El príncipe observó con sorpresa la escena, extendiendo la palma de su mano hacia el pequeño ser. Con un gesto delicado, Jinsen se posó sobre su mano, revelando una tensión palpable en el aire.

–¿Qué está pasando? ¿Le ocurre algo a Felix? —preguntó el príncipe, su voz cargada de preocupación mientras esperaba con atención la respuesta de Jinsen. Ansiaba saber sobre el bienestar de Felix, ya fuera que Jinsen se comunicara con él por telepatía o mediante algún medio mágico.

Jinsen emitió un suave zumbido antes de comunicarse con él telepáticamente. "Felix está en peligro, alteza", transmitió con urgencia.

Ante esta revelación, la expresión del príncipe se volvió severa, su rostro endurecido por la determinación. En su mente, solo podía vislumbrar a un culpable de esta situación: Jeongin.

𝑬𝒍 𝒑𝒂𝒕𝒊𝒕𝒐 𝒓𝒆𝒂𝒍 🦆 𝑯𝒚𝒖𝒏𝒍𝒊𝒙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora