Capítulo 5

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Paco

- Mi amor, despierta - escuché entre sueños la voz de mamá, un instante antes de sentir cómo besaba mi frente, mis mejillas y finalmente mis labios - es hora de levantarse, hijo, bajaré a preparar el café, mientras tanto ve a tu cuarto a cambiarte y luego bajas a la cocina, procura que tus hermanas no te vean saliendo de aquí, cariño - dijo mamá en un susurro que me dejó claras sus intenciones de guardar nuestro encuentro en secreto, antes de verla salir de la habitación y de que yo me levantara de la cama tratando de desperezarme, recordando paulatinamente lo que hice con mamá, mientras me amarraba a la cintura la toalla que llevaba la noche anterior, a la vez que abría un poco la puerta para cerciorarme de que no hubiera nadie en el pasillo antes de escabullirme hacia mi cuarto.

Por muchas razones, no era sencillo asimilar lo que había pasado con mamá, aún después de lo ocurrido me costaba creer que ella y yo hubiéramos hecho el amor apenas unas horas atrás; por un lado, me sentía confundido y una parte en mi interior me decía que hacerlo con ella había sido algo equivalente a escupir en la tumba de mi padre, pero por otro lado, mientras me vestía y me preparaba para un nuevo día de trabajo, no podía dejar de sentir ese cosquilleo en mis labios que me incitaba a sonreír, recordando lo bien que se sintió estar con Verónica, entendiendo que en realidad pasar la noche con ella había mejorado mucho mi estado de ánimo tras haber enfrentado mi separación con Azalea y todo lo que había pasado con mis hermanas en tan solo unos pocos días, algo que no logré hacer ni siquiera al estar con Ariana, a pesar de que mi hermana era mucho más joven y hermosa que mi madre.

Sin demorarme demasiado y mientras me esforzaba para que mis pensamientos no consumieran más de mi tiempo, cuando al fin estuve listo bajé a la cocina, tratando de controlar mi ánimo al menos lo suficiente como para que el inestable estado en que me encontraba no delatara lo extraño que me sentía con respecto de mamá.

- Hola - dijo Ariana cuando entré en la cocina, mientras llevaba su taza de café y la mía para colocarlas sobre la mesa.

- Buenos días - contesté, acercándome a ella para besar su frente y luego ver cómo ese gesto dibujaba una sonrisa en el hermoso rostro de mi hermana, antes de que nos sentáramos a la mesa para comer un poco de pan, acompañado por el café que nos había preparado mamá, quien al parecer era mejor que yo al aparentar que nada raro había pasado la noche anterior.

- Hola, buenos días - escuché la voz de Melody detrás de mí al entrar en la cocina, sintiendo cómo me abrazaba por la espalda y besaba mi mejilla, haciendo que con ese gesto la volteara a ver y notara que, a pesar de ser aún muy temprano, ella ya se encontraba vestida con unos jeans, una blusa ligera y llevando en su brazo una sudadera gris.

- ¿Qué haces levantada a esta hora? ¡El doctor te dijo que tenías que descansar! - la riñó mamá, haciendo que mi hermanita bajara un poco la cabeza, colgara su sudadera del respaldo de una silla y se sentara a la mesa para acompañarnos a Ariana y a mí, dispuesta a tomar un poco de café y comer un pan dulce.

- Bueno, es que no me siento mal, además, pensé que como Ariana le está ayudando a Paco con la carnicería, a lo mejor yo podía también ayudarles, seguro debe haber algo que pueda hacer, ¿No?

- ¡Claro que no! ¡Ese lugar no es para...!

- Estoy de acuerdo - contesté abruptamente, interrumpiendo lo que creí que sería una larga lista de las razones que mamá le daría a Melody para evitar que trabajara en la carnicería - si no estás estudiando, tienes que hacer algo y no me sentiría cómodo sabiendo que andas por ahí, además necesitamos mucha ayuda, quizás podrías empacar la carne y hacer algunos mandados - dije con seguridad, mirando a mi madre sonrojarse, tragándose todas las cosas que quería decir ante la decisión que yo acababa de tomar, suspirando con fuerza en un gesto de resignación que la llevó a servirle un poco de café con leche a mi hermanita, quien sonriente tomó también una pieza de pan - solo tengo una condición, para ti, Melody: trabajarás con nosotros solo mientras arreglamos tu regreso a la escuela ¡No, eso no está a discusión! - levanté un poco la voz cuando vi que se disponía a replicar - a Ariana no puedo obligarla a hacer nada que no quiera, pero en tu caso las cosas son distintas, así que vas a regresar a estudiar a la primera oportunidad ¿Está claro? - declaré, mirando el contrariado gesto que Melody componía en su rostro.

Verónica: mi hijo vuelve a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora