Capítulo 7

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DIANA

No pude apartar de mi cabeza lo que acababa de pasar con Paco, así como tampoco fui capaz de controlar las involuntarias reacciones de mi cuerpo que me ponían inquieta y me hacían poner atención al ruido de la regadera, esperando a que mi hermano saliera de la ducha, imaginando lo que podría pasar si me apareciera frente a él para interceptarlo en el camino y quizás para colarme a su cuarto y pasar la noche con él.

Con el corazón latiendo tan fuerte que sentía cómo se sacudía mi pecho y mis extremidades temblando de forma incómoda, escuché cómo se detuvo el flujo de agua de la regadera y, un par de minutos después, me sobresalté un poco cuando se abrió la puerta del baño, sabiendo que mi hermano se encontraba en el pasillo, ataviado únicamente con una toalla rodeando su cintura.

Por un par de minutos fui incapaz de mover un solo músculo, un momento en el que la indecisión me estaba matando mientras me preguntaba ¿Qué pasaría si lo intentaba y él se había arrepentido? ¿Y si todo lo que ocurrió en el baño hubiera sido tan solo cosa del momento? ¿Y si mi hermano decidiera rechazarme? Esas preguntas me angustiaron por algunos minutos en los que me estuve retorciendo las manos y me vi obligada a pelearme en contra de la punzada que atormentaba mi estómago, sin embargo, pronto me di cuenta de que nada de eso me importaba, de que en realidad, tras haber escuchado lo de la noche anterior y haber sentido a mi hermano como un hombre, no era capaz de desistir en mi intento por terminar lo que iniciamos en el baño: necesitaba probar lo mismo que mamá tuvo en la noche anterior, quería saber qué se sentía tener a un hombre como Paco, estar con un chico que sintiera algo por mí más allá de una atracción o un deseo meramente físico; al menos tenía que probar, al menos debía intentarlo y si él me rechazaba, a pesar de la decepción que eso supondría, sabría siquiera que todo había sido algo de un momento y probablemente dejaría de pensar en ello.

Con la decisión tomada y sintiendo todos los síntomas de un ataque de nervios, salí de mi cuarto un poco después de que escuchara la regadera abierta, imaginando que mi odiosa hermana menor se había metido en el baño, deslizándome lentamente por el pasillo, vistiendo solamente una blusa ligera y las primeras bragas que encontré y saqué de mi cajón de ropa interior.

No toqué su puerta antes de girar la perilla y colarme en su cuarto, encontrándome con una imagen inesperada, compuesta por mi hermano en la orilla de la cama, con sus codos recargados en sus piernas mientras sus manos sostenían su cabeza, en una posición que me hizo saber que algo no andaba bien, una sospecha que se vio confirmada cuando Paco se dio cuenta de que estaba frente a él y levantó la cabeza, mirándome con sorpresa, dejándome observar sus ojos enrojecidos por las lágrimas, haciendo que me sintiera culpable dadas las intenciones con las que me había metido en su cuarto, sintiendo una dolorosa punzada en el estómago mientras cerraba la puerta y luego me sentaba a su lado. Paco agachó de nuevo su cabeza.

- No deberías verme de esta forma - susurró con pesar mientras se secaba la cara con las manos, estando su cuerpo parcialmente cubierto tan solo por una toalla.

- ¿Es por papá? - le pregunté, consternada al ver a mi hermano sufriendo.

- Ojalá fuera por él, pero... es por Azalea, mi chica, bueno al menos lo fue antes de venir aquí. No le gustó que renunciara a todo por regresar a casa y... bueno, no tiene caso entrar en detalles, pero terminamos y eso ha sido muy difícil de asimilar, habíamos hecho planes de casarnos, vivir juntos, tener hijos, y yo... - Paco hizo una nueva pausa, respirando profundamente, creo que para no volver a llorar, tratando de ajustarse a la educación que nos había dado mi papá, en la que nos inculcó la idea de que un hombre jamás debería llorar frente a una mujer, razón por la cual, verlo en ese estado, me hizo entender que mi hermano en realidad se encontraba muy mal - extrañó mucho a Azalea, no he dejado de hacerlo desde el momento en que abandoné el hogar que compartía con ella. Cuando hablamos en el coche te dije que mamá estaba mal y que necesitaba sentir el cariño de un hombre, pero la parte que no te dije es que yo también necesito sentir el amor de una mujer y... - una nueva pausa, un nuevo suspiro - cuando mamá me lo propuso me tomó por sorpresa, pero cuando lo hizo vi la oportunidad de tener un poco de lo que perdí cuando terminé con mi novia, y sé que es injusto, sé que no debería hacerlo y que de alguna manera usé a mamá y a Ariana para no sentirme tan solo, pero... - Paco se detuvo cuando se dio cuenta de que acababa de hablar de más - lamento lo que pasó en el baño, no debí permitirlo y no quiero que de alguna manera... - mi hermano dejó de hablar cuando tomé su rostro y lo hice mirarme a la cara, tan solo por un segundo antes de volver a besarlo.

Verónica: mi hijo vuelve a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora