Capítulo 9

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VERÓNICA

- ¿En serio prefieres vivir aquí que en nuestro departamento? Mira a tu alrededor, ¿Esto es lo que quieres para tu vida? Renunciaste a la universidad y a un futuro brillante por vivir en esta... - mi cuerpo estaba ardiendo de rabia ante la indignación que sentí al escuchar a esa muchacha hablándole de esa forma a mi hijo, menospreciando el lugar en el que vivía mi familia, pero aún mayor que ese colérico sentimiento, fue el dolor que me agobió cuando vi a mis hijas bajando la cabeza, intercambiando miradas incómodas y cargadas de cierto grado de culpabilidad.

No era un secreto que Paco había renunciado a su vida y a un futuro lleno de éxitos por nosotras, y tampoco se trataba de algo que me enorgulleciera, pero el sacrificio de mi hijo no era un aspecto de nuestras vidas que pudiera permitirme rechazar tras haber pasado una vida entera siendo ama de casa, dependiendo de mi hombre, encargándome de atender a mi marido y a mis hijas sin haber tenido que trabajar para conseguir dinero durante un solo día de mi vida; no me enorgullece aceptarlo, pero esa era la realidad en la que vivía, la misma que me mantenía atada a las decisiones de mi hijo, aquella razón por la que tener a Paco en casa resultaba tan importante, a pesar de sentirme tan culpable al entender todo aquello de lo que lo estaba apartando, un sentimiento que compartían también mis hijas y que resultaba evidente al ver la forma como se miraban y encorvaban su cuerpo ante el golpe de realidad que nos había sacudido con las palabras de esa desconocida.

- ¡Ten cuidado con lo que dices! - le advirtió mi hijo - ¡Esta es mi casa! ¡Aquí nací y crecí! ¡Aquí vive mi familia y me siento orgulloso de ello! ¡Y si tanto te molesta estar en este lugar, no tenías que haber venido! ¡Yo no te invité! ¡Y tampoco...!

- ¡Paco, escúchame! ¡Por favor! ¡No vine aquí a pelear contigo! - levantó la voz la muchachita esa, sobreponiéndose a la de mi hijo, haciendo que guardara silencio - escúchame, por favor - le pidió, tratando de controlar el tono de su voz, de calmar las cosas y encaminar todo hacia el rumbo por el cual quería llevar el asunto - vine aquí para decirte que arreglé las cosas en la universidad para que te den un año de baja temporal, así que tendrías el resto de este semestre y el que sigue para arreglar lo que tengas que arreglar aquí y regreses a estudiar cuando el año se cumpla - una punzada en el estómago me atacó ante la sola idea que de mi hijo pudiera marcharse una vez más de la casa, algo que por la cara que pusieron, también ocurrió en cada una de mis hijas - Paco, entiéndelo, por favor, eres demasiado talentoso y trabajador para que tu vida termine de la misma forma como terminó la de tu padre, te mereces algo más que esto, ¿No dijiste que querías pagar la universidad de tus hermanas? ¿No era tu intención darle una vida tranquila a tu madre? ¿De verdad crees que vas a lograrlo trabajando en una carnicería?

Las palabras de esa mujer nos dieron un golpe tan fuerte de realidad que Melody incluso dejó su pan en el plato y se limpió la boca con el dorso de su mano, desbordando tristeza de sus ojos, mientras Ariana hundía la cabeza entre sus manos con los codos recargados en la mesa y Diana se recargaba en el asiento de la silla donde estaba, con una postura derrotada, manteniendo fija su mirada en algún punto en la nada, haciendo evidente el ánimo tan deplorable que le acababan de causar aquellas palabras.

- Escúchame, Paco, sé que me porté como una desgraciada y tal vez crees que lo sigo haciendo, pero me preocupo por ti, de verdad, me preocupa que tomes la decisión correcta y...

- Yo no te pedí que vinieras - la interrumpió mi hijo con una voz calmada, pero firme, en un tono que de haberlo empleado conmigo, seguramente me hubiera infundido un profundo miedo - tampoco te pedí que hicieras nada de esto. No espero que entiendas lo que estoy haciendo porque nunca has peleado por nada y tampoco has tenido que sacrificar nada en toda tu vida, todo te lo han dado tus padres y eso está bien, pero ¿Qué esperabas que pasara al venir aquí? ¿Creíste que me iba a tragar que lo estás haciendo por mí y por mi familia? Vienes a mi casa sin ser invitada, desprecias a mi familia, el lugar donde vivo y ¿Crees que me vas a convencer de hacer lo que tú quieras solo porque arreglaste algo que yo no quise arreglar cuando me marché de la universidad? Estudié para sacar adelante a mis hermanas y mejorar la vida de mis padres, pero eso dejó de tener sentido cuando papá murió, ahora las cosas son así y eso no va a cambiar, no importa lo que me digas ni lo que hayas hecho, no voy a dejar a mi familia.

Verónica: mi hijo vuelve a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora