-Buenos días, soy su profesora de música durante este año. Me llamo Roseanne Park pero me pueden decir Rose- Dice finalizando con una sonrisa de oreja a oreja.
-No puede ser, ¿ella es la profesora?- Susurré.
-Pero, pero pensé que...- Ham Sun estaba totalmente confundido.
-¿Qué pensaste? Ham Sun no me digas que Lisa.
-No, no, ella está bien, es que pensé que tufuiste quien le donó..- No lo dejó terminar.
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-Demonios no, quiero a Lisa lo sabes pero no dejaré a Freem sola.
-¿Qué demonios te pasa y por qué ves esas malditas cartas con tanto temor?.
-Booboo, creo que Rose..- De nuevo fue interrumpido por su amigo.
-Maldita sea, no puedo creer que lo hiciera- Booboo bajó a la pequeña niña para posar sus manos en su rostro -Le dije que no lo hiciera, cuando dijeron que habia un donante jamás pensé que fuera ella. ¡Maldita sea, me prometió que no lo iba hacer!- Booboo estaba muy alterado, no dejaba de gritary no precisamente por Rose, si no por Lisa, sabía cómo iba a actuar cuando se enterara.
-Booboo, estás asustando a Freem- Ham Sun trató de calmarlo, pero fue inútil.
-Llévatea Freem de aquí, dame las malditas cartas y no aparezcan hasta mañana- dijo Booboo simplemente le dió las cartas y tomó a la pequeña asustadiza en sus brazos para luego salir.
Mientras tanto Jung-Suk sólo miraba a Booboo con preocupación, sabía lo que podía llegar a pasar y todo por su maldita culpa de no llegar a tiempo.
De pronto, escucharon varias voces venir de la habitación donde ahora Lisa se encontraba, sin pensarlo los dos se dirigieron hacia la habitación, sin importarles nada entraron y vieron al doctor hablando con la ojicafe mientras que dos enfermeras revisaban sus signos vitales.
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-Chico lo siento pero no puedes estar aquí- Se dirigió a Booboo una de las enfermeras.
-Él está conmigo y es amigo de la paciente- Habló Jung-Suk.
-De acuerdo pero quédense en silencio- Luego de eso la chica siguió con lo suyo dejando a Booboo y Jung-Suk mirando desde lejos con la puerta medio abierta.