-Buenos días, soy su profesora de música durante este año. Me llamo Roseanne Park pero me pueden decir Rose- Dice finalizando con una sonrisa de oreja a oreja.
-No puede ser, ¿ella es la profesora?- Susurré.
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-Asi que con una alumna ¿eh?- Le seguí el juego, quería saber todo lo posible porque al parecer sobria no me lo pensaba decir.
-Mjm, pero fue solo un juego- Ríe -Nunca me gustó, lo cierto es que era muy caliente.. Pero en la cama....
-No quiero saber eso- Respondí seria -Y supongo que deberias de cuidar a quiến le dices estas cosas ¿no? Es un tema delicado para que cada vez que se te ocurra tomar se lo digas a desconocidos- Dije furiosa.
-Confió en ti.... Me mira para que le diga mi nombre.
-Heidi.
-Confió en ti Heidi- Dice tomando mi hombro -En serio confió en ti- Me mira un momento y frunce el ceño -Espera, tủ te pareces mucho a...-.
-¿Puedes decirme dónde vives?- La interrumpí -Estoy manejando sin rumbo alguno.
-Aquí a la derecha- Señala una calle donde normalmente las casas son sorprendentemente caras, son muy lujosas y en la mayoría viven famosos. No estoy diciendo que ella no puede vivir en una casa así, ¿pero el salario de maestra da para tanto? -Es esa de ahí- Señala un portón exageradamente alto que ni se puede ver la casa.
-¿Cómo hago para entrar?.
-Hay una cámara que detecta mi cara, con eso es suficiente- Responde asomando su cara al vidrio para que la logre detectar, luego de varios intentos fallidos ya que no podía dejar de reir logramnos entrar.
-Mierda- Fue lo primero que salió de mi boca, el jardín era tremendamente grande, tenía varios arbustos enseñando el camino a la entrada, el césped era como de película y la casa ni para que. Traté de concentrarme en ayudar a Rose pero era imposible no ver cada detalle del lugar y sin mencionar que aún no había entrado a su casa.
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-¿Pero tu quién eres y por qué estás preocupando por mí?- Dice con el ceño fruncido sin querer tomar la taza de café que está en la mesa al frente de ella.
-Tú me conoces, no entiendo cuánto pudiste tomar para no poder reconocerme- Respondí fastidiada.
-Ahora, te tomas ese maldito café y de inmediato te llevaré a tu habitación, te dejo ahí y me iré a mi.. Mierda el auto de Jennie- Me acerqué a ella y la obligué a tomarse el café.