-Buenos días, soy su profesora de música durante este año. Me llamo Roseanne Park pero me pueden decir Rose- Dice finalizando con una sonrisa de oreja a oreja.
-No puede ser, ¿ella es la profesora?- Susurré.
-Booboo necesito ver a Lisa, ya no aguanto más estar aqui. Además siento que es un poco tonto que me tengan en esta habitación si en realidad nunca tuve nada- Ya levaba por lo menos unas dos horas sin saber nada de lisa y la necesitaba en mis brazos.
-Tienes razón- Dijo poniéndose de pie y dirigiéndose a la puerta -Me dijeron que tu ropa está en el baño, cámbiate y yo le avisaré al doctor que ya te quieres ir de aqui.
Asentí y me fui a cambiar, colocándome mis pantalones negros rasgados en las rodillas, una blusa blanca pegada al cuerpo con las mangas hasta los codos, unos zapatos altos negros y mi chaqueta negra.
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Sin esperar a que llegara Booboo me adelanté y me dirigí a la habitación de Lisa. Al entrar pude ver a Kai, Ham Su y Freem hablando en el sofá que está al} lado de la cama, mientras que esa hermosa chica seguía dormida.
¡Rose!- Gritó la pequeña para luego salir corriendo y abrazarme.
-Pequeña- Dije poniéndome a su altura para abrazarla, la alcé y me dirigí a donde estaba Ham Su.
-No sabes el susto que nos diste- Dijo abrazándome.
-Lo siento- Sonreí de medio lado para luego dirigirme a Kai, el sólo me miraba, no sé si era una mirada de odio, tristeza o decepción. Me acerqué a el y lo abracé, al principio no respondía pero luego de unos segundos lo hizo y muy fuerte, como si de mi dependiera que el no cayera.
-Lamento tanto lo que pasó- Dije en su oído.
-No lloro por lo que pasó, sé que Jennie si no hubiera hecho nada estaría peor aqui. Lloro porque si no hubiera sido por esto no me hubiera dado cuenta de que ella se iba a casar conmigo para olvidarla y eso no me lo perdonaría, sería infeliz a mi lado y no es justo.
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Luego de unos minutos en esa misma posición, Ham Su propuso dejarme a solas con Lisa, el doctor dijo que el efecto del medicamento estaba a punto de acabar y que podría despertar en cualquier momento, así que ellos decidieron dejarme con ella.
-Pequeña, Lisa- Dije acomodando su cabello por atrás de su oreja -Es hora de que despiertes, creo que cuando lo hagas me golpearás tan fuerte y no creo que estés feliz de verme, o tal vez si- Reí un poco
