Capítulo IV

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Aclaratoria:
Los personajes de Naruto no me pertecen, le pertecen a su respectivo dueño papi Kishimoto XD

Pasaron 2 semanas. Las heridas de Ino casi sanaron por completo, Hinata había llegado de Massya y tan pronto como Tenten le contó lo sucedido, fué a ver a la rubia.

-Majestad- hizo una reverencia.

Ino se encontraba leyendo un libro, cuando vió a Hinata se puso rápido de pie y la abrazó.

-Hinata, al fin llegas-

La pelinegra notó que Ino llevaba la mano vendada.

-Tenten me contó lo sucedido. Lamento tanto no haber estado allí- dijo con culpa.

-no te preocupes, ya sanó. Me coloqué una crema para que no queden cicatrices-

-si yo hubiera estado aquí, nada de eso fuese pasado-

-descuida. Mejor cuéntame ¿Cómo estuvo la misión en Massya?- la guió a su cama para que ambas se sentaran.

-obtuvimos la victoria con cero bajas, todo fué hermoso-

-¡Hinata por Dios! ¿Cómo va a ser hermoso un panorama lleno de sangre y muerte?-

-lo siento, pero para mí fué hermoso. Hicimos que se rindieran y al hermano del emperador lo decapitamos-

Ino negó con la cabeza.

-eres demasiado cruel para ser tan dulce. ¿Shikamaru y los demás?-

-regresaron a Ayse. Supe que Miranní atacó-

-sí, ayer recibimos noticias de que el enemigo fué derrotado-

Se quedaron hablando un poco más, la pelinegra le entregó las plantas medicinales que había ido a buscar. Ino le pidió que le trajera ciertas plantas para su invernadero. Después Ino la mandó a descansar.

Naruto caminaba a pasos rápidos por el pueblo, tenía que llegar rápido.
Había recibido una carta donde lo amenazaban y lo primero que hizo fué salir del Palacio e ir a buscar a esa persona tan preciada para él. Cuando llegó al lugar, un destello rubio más bajo que él lo abrazó por la cintura.

-Menma- su preciado hermanito lo recibió con una grande sonrisa. Abrazó fuertemente a su hermano menor.

Salió una mujer bajita de cabello negro y ojos verdes de la casa.

-Señor Naruto, bienvenido- sonrió.

-Anna, prepara las cosas de Menma. Él viene conmigo al Palacio-

-sí, señor-

Una vez listas las cosas del niño, un carruaje vino por ellos y se dirigieron al Palacio. Naruto miraba a su pequeño hermano, un niño de cabello rubio, ojos azules y piel blanca, sonreía mientras miraba el pueblo. Tenía miedo de perder a la única familia que le queda. Alguien le envió una nota diciendo que iban a deshacerse de su pequeño hermano si no se iba del Palacio, apenas la leyó, salió corriendo a buscarlo. Cuando vió que estaba sano y salvo, su alma regresó a su cuerpo.

No sabe si es buena idea llevarlo con él, porque el Palacio no es seguro ni siquiera para el Rey pero...

-yo me voy a asegurar de que nada malo te pase, hermanito-

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Por la tarde Hinata se sentía bien, había dormido bastante. Se colocó un vestido y salió a reincorporarse a sus deberes.

En el pasillo se encontró con Naruto.

-¡Hinata!- el rubio corrió hacia ella y la abrazó.

La pelinegra se puso roja hasta las orejas.
El rubio la soltó.

Blanco Y Negro    (Sasuino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora