Pov: Han jisung
—De entre todos los asientos que existen, justo al lado mío
—Lo sé, lo sé, siento lo mismo ardilla -se me acercó susurrando Minho, cosa qué no sé el porqué, pero me estremecí, y no sé si es por la sorpresa, por miedo, o porqué su voz susurrandome directamente al oído, es totalmente glorioso, pero "nada" más qué eso.
Pero en realidad, no me molestaba ese hecho, podría hasta decir qué me llamaba la atención ese tipo de trato hacía mí persona, pero ese era exactamente el principal problema: No me molestaba
Ya qué, a pesar de todo, no podía ignorar la belleza qué por bendición o maldición, se sentó a mí lado. Claro qué no la podía ignorar. Y eso era aún peor que todo lo demás.
Porqué no dejaba de mirarlo, y de admirarlo en todos los sentidos.
Tanto así, qué él se volvió mí clase, porqué a la clase real; en primera no entendí nada, y en segunda, porqué no dejaba de mirarlo.
Aún así, tenía esa duda presente en mi cabeza en todo momento; ¿"Será o no el mismo qué yo conozco"?
(Obvio, ni qué hubieran 2 Lee Minho en el mundo)
Y entre tanta disyuntiva mental, pues termino la clase, y, no logré ni poner una pizca de atención en ella, ni saber si la persona que estaba al lado mío era aquella qué solía llamar de mis personas favoritas y excepcionales.
Y pues sí, podrá parecer una tontería, porque lo qué ocurrió fué cuando era prácticamente un engendro, pero igual marco algo en mi vida.
—¿Qué tanto me miras qué ni siquiera pudiste mirar aunque sea la pared un segundo?
—Ah?
—Qué porqué me miras tanto
—Es qué, me pareces conocido... -respondí
—Ajá -hizo señas para que continuará
—¿Te puedo hacer una pregunta?
—Hmm, No, eres mi tipo y no estoy interesado. Y... ¿Qué?
—Tranquilo narciso, qué seas lindo no significa que voy a caer rendido a tus pies
(Quién sabe)
—Pero me llamaste lindo -Pude notar su gran sonrisa sarcástica, y sí, no lo podía negar porque lindo quedaba corto para lo qué él era.
—Cómo sea -bufe
—La pregunta, ¿qué me ibas a decir?
—Por casualidad... ¿Yo no te parezco conocido de algún lado?
—N-no, ¿por qué?
—¿Y por qué tartamudeaste? -estaba nervioso, lo noté, y no sé porqué
—Responde tú primero mí pregunta -hizo un ademán
—No quiero
—Bien. No, no te conozco. Y no sé porqué tartamudee, no preguntes -señalo- y, ya me voy.
Bufé mientras se iba casi corriendo, ese chico era, era muy él, cómo una caja de sorpresas.
No me quedó más y decidí volver a mí casa, no tenía más clases por el día de hoy, al igual que algunos de "mis amigos", así qué me despedí de ellos, en especial Felix.
Él es una persona muy especial. No han pasado bien los días y ya se ganó un lugar en mi corazón... Es una estrellita, una de las más bonitas y brillantes.
Podría decir qué lo amo, obvio, en el sentido amistoso.
De esas personas qué te dicen "Todo estará bien" mientras te dan un abrazo, de esas qué aunque no te han hecho ese detalle por los momentos, lo sabés por su inocente corazón y su gran alma pura.
Aunque de "puro" no tiene nada porqué sabrá dios todas las cosas qué ha hecho para llegar al punto en el qué está. Sí, solo dios sabrá
Porqué yo no quiero saberlo.
Mentira sí quiero, pero me da pena.
¿Y porqué me da pena?
Agh estoy loco -me dí una cachetada mental. Pero creó qué también física porqué al parecer las personas que pasaban por mi lado mientras caminaba, me miraban mal...
—Ardilla
Paré en seco, otra vez otro susurro en el día de la persona menos indicada. Otra vez ese apodo...
—Primero, ¿Podrías de ahora en adelante dejar de susurrarme al oído?. Y segundo, dejá de decirme "ardilla" -hice comillas con los dedos- tengo nombre y apellido, ¿Sabías?
—Bueno, primero, -repitio- No, me encanta hacerlo porqué siempre reaccionas así. Segundo, -volvío a repetir- No, te seguiré llamando ardilla. Aunque me gustaría qué tú nombre y apellido lleve mi firma -dijo lo último casi inaudible, bueno. Completamente inaudible porqué sinceramente que no escuché
—¿Qué dijiste?
—Qué te seguiré diciendo ardilla, ardilla.
Vire los ojos ante su respuesta. Ya estaba empezando a molestar
—¿A qué vienes entonces?
—Pues, te iba a decir qué sí querías te podía llevar a tú casa... -se giro a otro lado, dejándome ver su carro. Muy bonito por cierto. Pero no sé porqué no lo había visto antes. Debo estar ciego- Pero, viendo tú actitud, creó qué no necesitas qué te lleve. Así qué, qué te vaya bien.
Y antes de qué yo pudiera al menos reaccionar, se fué.
Qué día tan lindo, ¿Cierto?
Pero antes de qué me pudiera quejar, está vez llegó alguien más
—Hola pequeño
Parecía que ya no podía reaccionar ante ninguna situación, pero bueno, otra vez, de qué me podía quejar
—Hola Bagchan -saludé amigable
—¿Cómo estás?, disculpa a Minho. El es... Raro, pero te puedo llevar a tú casa
Lindo -pensé-
—Gracias, sí lo sé... Me voy dando cuenta. No es necesario Chan
—No es una pregunta, es una afirmación, por tanto, adelante -Ya había abierto la puerta del carro
Pero no es mí tipo... -volví a pensar-
Ya qué, me adentré y le volví a dar las gracias. Le dí mí dirección para qué emprendiera camino, pero, no íbamos a mí casa
—Perdón, no te pongas nervioso. No te voy a secuestrar, solo quiero llevarte a un lugar. A comer -Me mostró una gran linda y sincera sonrisa, tanto qué podía notar sus hoyuelos, muy lindos... Muy encantador.
Y sí, me tranquilice, después de todo, no iba a hacer nada encerrado en cuatro paredes, así qué... ¿Porqué no?.
~Sab
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Always by your side
Fantastikㅡ Quién creería que...unos simples tragos, o una pequeña calada de una droga, lo iban a llevar a darse cuenta de una realidad. Una realidad que se convirtió en anomalía. El destino da muchas opciones con ciertas reglas, los humanos solo tienen que e...