¿Cómo? | PT. 1

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—Félix—Me llamó y me regaló una sonrisa, la contribuí y me encorve hasta llegar a su altura—Jules me dijo que te hablara—jamás hablaba de ambos, solo de los demás, estaba más que claro que lo de nosotros solo eran besos, toqueteos y sexo sin mucha importancia.

Pero de alguna manera tenía confianza conmigo, desde el día en la fiesta donde hablamos un poco más e indagué en su vida, conocí a su hermana -no fue tan lindo- y lo de sus padres estrictos ya lo sabía, aún no entendía cómo es que la dejaban ir a un club lleno de chicos, con un vestido tan corto y siendo tan linda.

En fin, solo ella sabía que mierda con sus papás y su familia, yo solo me limitaba a estar ahí para escucharla.

—¿Para qué?

—No lo sé, le pregunté y no quiso decirme nada, solo se molestó.

—Bueno, de todas maneras si me pide algo no lo haré. Respondí, ella sonrió, envolví sus caderas con las manos, apoyó las propias en mi pecho y cuando se puso de puntitas para besar mis labios hundí mi rostro en su cuello, roce la superficie con mis labios y nariz. No podía besarla, mi cuerpo no aguantaría más, me volvería loco.

—Yo... Tengo que irme, hablaré con Jules. Murmuré entre dientes, agarre su mano y le di un apretón suave, ella me siguió con su mirada, era tan fugaz y ardiente que podía incendiarme, agaché la vista y caminé hasta que me perdí entre las personas que caminaban apuradas a sus salones.

Busqué a la chica morena con la mirada hasta que la vi apoyada en un casillero, por fin, hablando con una chica, tan linda cómo ella.

Me ubicó con la mirada y sonrió, me dirigió un par de palabras a la chica frente a ella.

—¿Me buscabas? Pregunté

—Le gustas, y si no sabes a quién me refiero eres un idiota.

Reí nervioso—¿Cómo estás tan segura? Indagué inseguro—Supongo que es muy obvio, Félix. Dios sabrá si lo haces adrede, pero los apodos la están volviendo loca, y te juro que si estás jugando con ella te mato personalmente.

—Si derrama una lágrima por ti que sea de placer. Habló, me atragante con mi saliva y asentí, por un momento empecé a pensar en... Todo. Ella no estaba acostumbrada a ninguno de los tratos que yo le daba y los apodos cursis de vez en cuando muy probablemente no ayudaban mucho a pasar desapercibido.

—Félix... Solo no seas idiota, si no quieres nada con ella solo no le endulces el oído y déjala disfrutar su tiempo.

—Okey. Respondí

Perfecto, le gustaba a la chica que me atraía, ¿Ahora que sigue?

Caminó por enfrente de la cancha agarrada al brazo de Abril y hablando cómo si su tema de conversación no fuera cualquier tipo de maquillaje.

La banda delgada blanca de cabello que me apartaba sutilmente los mechones de la cara cayó al suelo cuando esta asintió y volteó a ver hacia mi con un sonrojo que el sol brillante le resaltaba.

Caminé hacia la rubia y trató de ignorarme hasta que estuve a pocos pasos de estar a su lado, ya podía escuchar de lo que hablaba con Abril, pero susurraban. Mi chica más bajo que la otra.

—Sam. Llame su atención, ella alzó la vista y le sonreí sutilmente

—Félix. Me imitó y dio un movimiento positivo de cabeza, se soltó de la castaña clara a su lado y Abril salió de nuestra conversación, empezó a caminar hacia adelante.

Your Sweet Kisses| Riverduccion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora