Fresas

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—Buenos días. Dijo mi mamá acariciando una de mis mejillas, cubrí mi rostro con una de mis manos y abrí los ojos lentamente—Buenos días. Respondí completamente obligada, mis ojos estaban entre abiertos, estaba lenta y silenciosamente muriendo de sueño, cuando por fin pude centrar mi mirada en sus cabellos rubios ella tenía un pastel, pequeño con una vela en medio de colores.

Sonreí—Sóplalo. Dijo animada, obedecí, no sabía si se tenía que pedir aún un deseo pero lo omití, ella sonrió.

—¿Te irás desde temprano? Preguntó, asentí agarrando una probada del betún—Tengo que hablar con Abril, ya sabes, planear que haremos en la pijamada, ella asintió y se levantó—si saldrás con un chico solo no te embaraces. Mi mamá era una de las personas más comprensivas que existían cuando mi papá no estaba al rededor.

Me sonroje—Eh... —Yo también lo hice, Sam. Tu hermana ahora está aquí, no digo que sea un error, pero por eso tu y tu papá estamos juntos, solo no te embaraces ni hoy ni mañana, lo haces después. Dijo, asentí y ella se levantó de la cama llevándose el pastel y saliendo de mi habitación.

Agarre mi celular rápidamente y busqué a Abril entre mis contactos.

—¡Feliz cumpleaños perra!

—¡Casi me dejas sorda! Exclamé cuando aquella grito contra el micrófono, empezó a reír y la escuché tirar algo—Ven a mi casa, te tengo un regalo. Dijo, sonreí—¿Condones?—También. Solo ven, supongo que te va a gustar.

—solamente desayuno, me cambio y voy. Dije, ella respondió con un "uhum" y colgó la llamada, moví las sábanas que me tapaban y me paré frente al espejo, mis piernas largas, delgadas y unos muslos perfectamente tonificados por el ejercicio que hice el día anterior rindieron fruto, suspiré y deslicé mi mano por mi abdomen plano, era una persona delgada pero lo lo suficiente para ser el cuerpo ideal de las chicas en la preparatoria.

—¡A desayunar! Exclamó de fondo, salí de mi burbuja de pensamientos negativos y bajé las escaleras, ahora tenía puestos unos shorts negros a la cadera que dejaban ver mi cintura y una camiseta roja ajustada dos centímetros más abajo de mi ombligo.

—Te ves linda hoy. Dijo Verónica con una sonrisa, apoyó su mano en mi hombro y besó mis cabellos, considerando que era más alta que yo—Feliz cumpleaños flaca. Dijo, aquel apodo resonó en mis oídos y asentí, ella se sentó en su silla respectiva a un lado mío, yo me sentaba a un lado de mi papá y las otras dos sillas que sobraban las ocupaban mis demás hermanos cuando no estaban en clases de soccer o violín.

Me senté en mi silla y mi madre llegó a mi lado y puso en la mesa un plato con una tostada básica y mermelada, iba a llevar un poco más de comida y fruta a la mesa muy seguramente, apenas asentó el plato en la mesa metí la tostada a mi boca como pude, me serví un vaso de la jarra de agua frente a mi y pasé este con dificultad.

—Tranquila, ¿Qué te pasa? Preguntó Verónica, renegué y me levanté de la mesa—Nada. Respondí y subí corriendo las escaleras, entré a mi habitación y busqué un conjunto sencillo para ir a casa de Abril, un pants gris holgado y una camiseta blanca apretada, cubrí mis senos con un sostén del mismo color de la blusa y arreglé la ropa deshaciéndome del par de arrugas en el pantalón, acomodé mis cabellos, bajé las escaleras y salí por la puerta.

Me mostró el vestido más corto que había visto en la vida, rojo, hermoso.

Un par de botas blancas a la altura de la rodilla y con un tacón pequeño, una cadena de oro que me acababa de regalar,  era un lindo atuendo, el vestido resaltaba mis caderas y mis cabellos caían lentamente por mi espalda y mis hombros, lo único en mi rostro era corrector para las ojeras y tinta roja de labios, ella sabía que odiaba el maquillaje, me vi por una última vez en el espejo y terminé de asimilar que las botas me hacían ver más alta, salí del baño y Abril estaba hablando con un chico del otro lado de la discoteca, opté por no molestarla mucho y caminé un poco hasta que choqué con un chico, alto y de rulos, me agarró por la cintura cuanto estuve apunto de caerme y me regaló una sonrisa.

Your Sweet Kisses| Riverduccion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora