Capítulo 17

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JI Hong estaba verdaderamente destrozado, no podía contener su amargura. Pues si él le decía la verdad al emperador este lo mataría, y si Jing Tian lo hacia también moriría. Por ello Ji Hong anduvo triste y abrumado, sentia que su corazón se había detenido, que solamente pasaba a ser un simple mortal como los demás.

Por otro lado, la princesa Ye Ningzhi estaba radiante de alegría pues aquel general que tanto había deseado por fin estaba en su mano. Finalmente la boda ocurrió. Luego de haber concluido, viajaron a lo que sería su hogar y como ordenó el emperador, Jing Tian fue con ellos. El viaje había sido un martirio, durante todo el trayecto nadie dijo nada.

Tan grande era su pena que al llegar el general decidió estar absorto en su trabajo y no ver a nadie más. Pasaron los días y el nunca estuvo con Ye Ningzhi.

Un día, ella fue a su despacho con la ilusión de convencerlo para pasar un día juntos, le dijo :

- No has estado conmigo desde el día de la ceremonia. Apenas y puedo recordar tu rostro -.

- Lamento que te hayas casado con un general. Nuestra vida es siempre al frente de la batalla y al de un escritorio. Ahora si me permites tengo cartas por responder, siento no hacerte justicia -. Respondió Ji Hong de manera cortante.

Entonces, Ye Ningzhi no insistió más y salió de su presencia diciéndose a sí misma :

- No se resistirá a mis encantos -.

Sin embargo apesar de sus esfuerzos, nunca logró cautivarlo. Para el general solo existía su amada Jing Tian. Ella ocupaba todos sus pensamientos. Asimismo Jing no podía hacer otra cosa más que pensar en su general, estaba en su mente incluso al dormir.

Los días pasaban y ninguno de los dos tenía paz. Cuando en los pasillos se encontraban solo se miraban y con tristeza continuaban.

Un día, mientras Jing Tian alistaba el caballo del general, él fue a su encuentro y dijo:

- Ya no puedo continuar así, prefiero morir a tenerte delante de mi y no poder amarte. Es como estar despierto en un mal sueño, como estar en medio de una terrible tempestad -.

Jing pensó lo mismo, reprimir su amor era una tortura. Así que al tenerse cerca y no poder amarse decidieron que lo mejor era quitarse la vida. Entonces, planearon su final. Él se pondría al frente de la próxima batalla mientras que ella bebería veneno en su habitación. Así fue como acordaron terminar con su dolor.

Mientras tanto, Ye Ningzhi era cada vez mas insistente con el general para que estuviera con ella, pero él siempre buscaba una excusa lo suficientemente poderosa como para negarse. Fuera de día o de noche él nunca quiso estar con ella.

Al cabo de un tiempo llegó por fin la oportunidad que tanto esperaban. El emperador mandó un mensaje urgente al general donde decía que el país con el que se habían aliado hace tiempo necesitaba de su ayuda para pelear contra los opresores. Entonces, Ji Hong se preparó y partió con sus hombres a la guerra. Estando a punto de entrar en combate, le dijo a uno de sus hombres :

- Yo estaré en la primer línea de batalla -.

Al oír esto, los soldados que con el estaban se miraron y muy desconcertados  preguntaron : 

- ¿Qué es lo que has dicho Ji Hong? -.

Entonces él les repitió:

- Evíenme al frente -.

- Evíenme al frente -

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La esclava del pabellón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora