La princesa y la sirvienta「 Freenbecky 」

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Las cosas iban bien, demasiado bien.

La relación entre Becky y Freen iba creciendo al pasar los días, la alfa se le hacía imposible pasar tanto tiempo sin la omega y esta - aunque no quisiera admitirlo - sentía lo mismo.

Sin embargo, había un pequeño - gran - detalle.

Ellas aún no eran algo oficial.

No era un secreto para nadie en el castillo que la princesa Armstrong se traía algo con la sirvienta, sería estar ciego, pero la relación de ellas aún no era oficial, en el sentido de que aún no eran formalmente novias, y era algo que estaba aturdiendo bastante a la omega estos últimos días.

─Soy una exagerada.

─No lo eres. ─Le aseguró la beta.

─Ella me ha demostrado lo mucho que me ama, pero... ─Suspiró. ─A mi loba y a mí nos deprime que aún no nos lo haya pedido. ─Hizo una puchero.

─Hey, es muy rápido para que te pida matrimonio. ─Bromeó.

─Hablo enserio Charlotte.

─Ya, conociendo a la princesa, a lo mejor está planeando la mejor propuesta para que sea su novia. Aunque...

─¿Aunque?

─¿Por qué no se lo pides tú?

La omega parpadeo incrédula.

─¿Quieres formalizar su relación, no?

─Sí pero, siempre son los alfas...

─Sí, sí, sí, siempre son los alfas que piden eso y los omegas siempre tienen que esperar a que se decidan. ─Termina de hablar por ella. ─En ningún lugar dice que los omegas no puedan ser quien formalice la relación.

─Pero siempre ha sido así.

─A veces hay que ir en contra de las costumbres ─Se acercó a la omega. ─Pero si quieres esperar...

─¿Cómo podría hacerlo? ─Se apresuró a hablar.

La beta sonrió.

─Pues mira, puedes hacerlo...

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─¿Cómo vas con Freen? ─Preguntó la reina Armstrong, Becky levantó la vista de los papeles y sonrió.

─De maravilla, creo que por fin me aceptó del todo.

─¿Ya son novias? ─Dijo emocionada.

Becky se mordió el labio, no lo eran, aún.

─No se lo he pedido.

─¿Y qué esperas?

Becky no respondió.

─¿Te preocupa que te rechace?

─No es, solo... ─La alfa hizo un sonido para que continuara. ─Quiero a Freen como mi esposa.

─Primero tienen que ser novias, pero es bonito que la veas como tu esposa. ─Le dijo.

─El problema es que si se convierte en mi esposa tendría que dejar de hacer muchas cosas.

Y ahí la alfa comprendió la preocupación su hija.

─Si se vuelve mi esposa se convertiría en princesa, y ser princesa le traerá muchas responsabilidades que no estoy segura de quería hacerse cargo. Quiero que siga siendo una persona normal.

─¿Y nosotros somos alienígenas? ─La alfa la miró seria. ─Ya, sí entendí lo que me quieres decir, esas son cosas que deben hablar más adelante, puedes enseñarle como se manejan las cosas, me has dicho que es alguien inteligente.

Aun así Becky no estaba del todo convencida, pero no quería hablar más de tema y sólo se limitó a seguir leer los papeles que tenía en el escritorio.