La princesa y la sirvienta「 Freenbecky 」

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Princesa Freen.

Freen jamás pensó que la palabra «princesa» y su nombre estarían en la misma frase.

Pero si de algo estaba segura, es que le querrías escucharla de diferentes personas al mismo tiempo.

"Princesa Freen, la costurera la está esperando"

"Princesa Freen, tiene una reunión en veinte minutos"

"Princesa Freen, debe firmar estos papeles"

"Princesa Freen"

"Princesa Freen"

"Princesa Freen"

─Princesa Freen.

─¿Necesitas algo, Jane? ─Le preguntó con un tono irritable a su - ahora - asistente.

─La princesa Becky la solicita en su oficina.

Freen asintió mientras se pasaba la mano por la cara, estaba muy estresada, y eso que sólo llevaba una semana, ¿qué sería de ella más adelante?

Como que eso de ser mantenida no sonaba tan mal.

No Freen, deja de pensar eso. Le dijo su consciencia.

Con pesadez, salió de su oficina y se dirigió a la de Becky, que no estaba muy lejos de la suya.

Tocó la puerta, escuchando un pase detrás de la puerta, cuando entró vio a su alfa en su escritorio, leyendo unos papeles.

Cerró la puerta y se acercó al escritorio, Becky se dio cuenta que era ella por su olor, levantó la mirada y le dio una sonrisa a Freen.

─¿Cómo estás? ─Se separa del escritorio para dejar que Freen se siente en sus piernas.

─Agotada, el trabajo no es tan pesado, era mejor escuchar los regaños de la señora Nam cada que Charlotte y yo hablamos que escuchar cada cinco minutos "Princesa Freen" ─Suspiró. ─Necesito una siesta de mil horas.

La alfa se rio. ─Puedes ir a tomarte una, yo puedo terminar tu trabajo.

─No, yo puedo terminarlo.

─Está bien, pero si te sientes muy cansada ve y duerme un rato.

─Lo tendré en cuenta.

Se quedaron en silencio unos minutos, sólo se escuchaba sus respiraciones y el sonido de las hojas de los árboles moverse por el viento.

─Freen.

─¿Mmh? ─Se sentó quedando cara a cara con la alfa.

La alfa se acercó a la omega y le dejó un beso, cuando se iba a separar Freen la acerco con sus brazos tomando por sorpresa a la alfa.

Aquel beso dulce se había convertido en uno más caliente, los chasquidos de sus labios eran melodía en esa habitación y sus lenguas peleaban por el control.

─Sa- ─La omega volvió a unir sus labios, sin dejar hablar a la alfa.

El olor dulzón a caramelos de la omega se volvió más fuerte, la bombilla en el cerebro de Becky de encendió.

¡Omega en celo! ¡Repito! ¡Omega en celo!

─Freen Sarocha. ─Separó a la omega, quien gruño en desacuerdo. ─No me gruñas.

─Entonces bésame.

─Freen, estás en celo. ─Tocó la frente de la chica viendo que tenía fiebre.

La omega la miró con mirada de sorpresa fingida.

─¿En serio?

─Freen, debo llevarte a la habitación.

Becky cargó a Freen y salieron de la oficina, la omega tenía una mirada traviesa.

─Uhh, parece que hoy será una noche movida.