La princesa y la sirvienta「 Freenbecky 」

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La música y las voces de todos los invitados se escuchaban en el gran salón del castillo, dónde el nuevo matrimonio hablaba con algunos reyes que se habían acercado a felicitarlas por su unión.

─¿Sabes Freen? Jamás pensé que esta chica de casaría, ya la veía llegando al trono sola y con tres gatos. ─Admitió Irin, quien recibió un pellizco en el brazo por parte de su madre. ─Auch.

─Irin, compórtate. ─Le regañó la beta.

─Eso, compórtate. ─Repitió Becky con tono burlesco, su amiga viéndola con una mirada asesina.

─Fue un placer conocerte Freen, esperamos verlas pronto. ─Dijo la Reina Regina.

─El placer es mutuo. ─Respondió Freen mientras hacía un reverencia.

─Ya mucha fiesta, ¿cuándo empezamos la luna de miel? ─Dijo Becky cuando la familia de Irin se fue, ganándose un manotazo por parte de Freen. ─¿Qué dije?

─Alfa depravada y pervertida.

─Yo nada más pregunté, jamás insinué nada.

─Mjum, hazte la loca.

Todo iba bien, hasta que una voz que hace mucho no escuchaba llegó hasta sus oídos

─¡Princesa Armstrong!

No puede ser.

Cuando Freen vio a la dueña de esa voz la reconoció al instante.

Engfa Wraha estaba ahí.

─Princesa Waraha, ¿y los reyes? ─Preguntó Becky cuando la omega estuvo frente a ellas.

─Están por ahí, a lo mejor vienen a saludarla en un rato, pero yo no podía esperar para verla.

Freen miró hacia otro lado, notoriamente incómoda.

─¿Y cómo ha estado?

─No te miento, me encuentro muy feliz ahora que me case con mi omega. ─Le respondió mientras pegaba a Freen más hacía ella, la omega sonrió incomoda.

─Me sorprendió bastante la noticia de su casamiento. ─Confesó, viendo a la omega de arriba hacia abajo. ─¿Te he visto en otro lado?

─De hecho yo-

─¡Engfa! ─La reina Waraha llamó a su hija. ─Princesa Armstrong. ─Hizo una reverencia al ver a la pareja.

─Reyes Waraha. ─Tanto la alfa como la omega hicieron una reverencia, la cual fue devuelta por los mayores.

─Disculpen a nuestra hija. ─Pidió la reina, sabiendo lo imprudente que podía ser su hija.

─No se preocupen.

Estuvieron hablando por un rato, hasta los reyes se despidieron, diciendo que disfrutarían la fiesta.

─Bueno, ¿y si nos escapamos al jardín un rato? ─Preguntó Becky.

─No podemos, es nuestra fiesta, debemos estar aquí.

─¿Y quién dijo eso? A lo mejor ni notan que nos fuimos.

─Becky.

─Sólo quiero pasar lo que queda de la noche contigo, solo tú y yo, ¿está mal eso? ─Le preguntó mientras la abrazaba y escondía su rostro en su cuello.

─Pero los invitados-

─Los invitados no me importan.

Rendida, Freen tomó la mano de la alfa.

─¿Por dónde nos escapamos? ─La alfa sonrió.

─Por aquí.

Salieron del salón por una puerta que desconocía de su existencia, la cual las guío al gran pasillo.

Caminaron hasta llegar al jardín, sentándose en el borde de la gran fuente.

─No puedo creer que seas mi esposa. ─Dijo la omega, tomando la mano de Becky donde estaba su anillo.

─¿Me lo dices a mí que me tienes detrás de ti desde que te conocí? ─La omega le golpeó el hombro ─Ay.

─Tonta.

Se alejó un poco de la alfa, quien se acercó más, pasando su brazo por la cintura de la omega y para pagarla más de ella.

─Ya, no te enojes, amor. ─Le plantó un besito en la mejilla.

─Te gusta avergonzarme. ─Murmuró.

─Te vez muy linda avergonzada. ─Volvió a dejar otro besito. ─No te enojes ¿Sí?

La omega volteó a verla y miró los ojos de la alfa, los cuales la veían con mucho amor, incluso más de lo que le podría decir con palabras, es por eso que se acercó hasta la alfa y la besó.

Estaba segura de que tomó la decisión correcta al elegir a su alfa.