Fastidiosa
...
La escuela, un lugar conocido por ser el cielo para los padres y el infierno para los niños, especialmente para Chiquita.
Sí, a Chiquita le encantaba pasar tiempo con sus amigas, especialmente cuando podía tener la oportunidad de jugar al voleibol todos los días, pero ¿aprender de verdad? Eso era un gran infierno para ella.
Los profesores la adoraban por la cantidad de respeto que le profesaban fuera de la escuela, pero cuando se trataba de educación, digamos que era extremadamente difícil incluso llamar su atención. Especialmente cuando la castaña decidía dormir constantemente en el fondo de cada aula. Y eso no pasó desapercibido para la entrenadora Jennie.
- Otro día en un lugar que es conocido por estar lleno de miseria y desesperación sin fin. Dime, díganme mis queridas lesbianas, ¿cuanto tiempo debo soportar este eterno sufrimiento?
Preguntó Chiquita con terrible acento británico junto con un largo y exagerado suspiro mientras apoyaba su frente en el frío acero de los casilleros.
La chica de pelo negro que estaba a su lado soltó una pequeña carcajada y puso los ojos en blanco mientras abría el casillero justo al lado de la sombría belleza pelicastaña.
- Espero que no vuelvas a hablar así si vas a Londres, porque eso ha sido muy gracioso - dijo Ruka entre risas. Chiquita le lanzó una mirada lateral antes de volver a cerrar los ojos con fuerza y soltar un gemido.
- Hecho de menos a mis gatos - se quejó Chiquita.
- Puedes acariciar a mi gatito en su lugar Riracha - le dijo una de las animadoras que pasaba por detrás de ella. - Nunca dejará de ronronear por ti - añadió con un toque de seducción. Chiquita cerró la boca con fuerza y se sonrojó por el comentario.
Ya debería estar acostumbrada a ello debido a su popularidad, pero no conseguía calentarla. Claro que algunos comentarios eran divertidos y halagadores, pero nunca le gustaron demasiado los comentarios que eran un poco, bueno, excesivos. Vulgares, por así decirlo.
No cabía duda de que Riracha Chiquita, o mejor dicho, como el instituto completo la llamaba; Canny.
Era una persona que llamaba la atención y que cambiaba de género. Tenía dos apodos. El primer apodo conocido que tenía era el de muñeca barbie humana.
Ese apodo se inventó debido a su larga melena castaña, su bonita nariz, sus gigantescos ojos marrones de cierva y, sobre todo, sus gigantescos y carnosos labios. Por eso sus mejores amigas la llamaban de piernas largas, su segundo apodo menos favorito.
Los nombres le parecían muy subjetivos.
Rami se burló: -¡Eso es acoso Wonhee!
Wonhee le sacó la lengua y siguió caminando junto al dúo con su camarilla.
- ¡Tu cara es acoso! - Replicó con tanto descaro que Chiquita tuvo que contener su propia burla de incredulidad con una pizca de diversión.
Rami enarcó las cejas y frunció el ceño al ver a Wonhee azotando su pelo.
- ¡Eso no tiene ni el mínimo de sentido! - Gritó, sólo para ser ignorada. - Estúpidas animadoras - murmuró la ruba en voz baja. Chiquita se giró para mirar a su mejor amiga y se rio.
- Déjala, es sólo una estudiante de segundo. - Interrumpió Ruka.
- La edad no justifica nada - añadió Rami con un pequeño puchero.
Ruka era la mejor amiga de Chiquita. Aunque se llevaba muy bien con Rami, a Ruka la conocía desde que tenían doce años. Era su Cristina Yang para su Meredith Grey, su Piglet para su Pooh, su Ying para su Yang, su negro para su rosa.
ESTÁS LEYENDO
Tócame - Chiyeon
Fanfiction- No te preocupes, te prometo que no te tocaré. - Pero, ¿Y si quiero que me toques? Una es una popular jugadora de voleibol del instituto y la otra es una estudiante normal. A una le encanta el afecto y la otra lo odia absolutamente. ¿Que podría sal...