Ex's & Oh's [Hazbin Hotel]

Acto 2

"... Now, there's one in California who's been cursing my name

'Cause I found me a better lover in the UK..."

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C

onoció a Husk inmediatamente después de dejar a Lucifer, por lo que le sirvió mucho para dejar atrás el vago sentimiento que se había desarrollado por el chico. Husk era un hombre que le doblaba la edad, cerca de los 40, muy arisco y que tenía un gran vicio por la bebida.

No era que le molestara, le daba su espacio y nunca se metía con su cosas, pero a la hora de estar en la cama era otra cosa. A su lado descubrió otro aspecto de él mismo que no sabía. El dolor le excitaba hasta cierto punto.

Husk era alguien que disfrutaba del sexo rudo y Anthony era alguien muy flexible. No se necesita ser muy inteligentes para saber la clase de relación que ese hombre buscaba y que él mismo quería.

Con el paso de los meses, Anthony se sentía indiscutiblemente cómodo con Husk, pero este seguía actuando como si su presencia fuera una molestia todo el tiempo. El sexo era increíble, podía pasar horas juntos, días inclusive pero las pláticas no fluían más allá de algo carnal; él siempre tenía algo que hacer, lo dejaba de lado y desaparecía por un tiempo antes de volver y simplemente decirle que se quitara la ropa para empezar un nuevo acto; repitiendo ese círculo en el cual Anthony había caído sin darse cuenta.

Anthony se consideraba la clase de persona que sentimentalmente era muy fuerte y rara vez le afectaba el actuar de otra persona, pero la indiferencia de Husk, comenzó a hacer que su libido sexual bajara mucho, lo cual por consiguiente comenzó a empujarlo a un estado perpetuo de frustración, estando o no al lado de Husk.

Sin querer, lo que tanto encadenaba a Husk, comenzó a atormentarlo a él también. La bebida se volvió su segunda mejor amiga cuando Husk no estaba, cuando el tiempo pasaba y no había nada más que hacer.

Definitivamente no era la clase de persona que cuando sentía que su pareja sexual estaba ausente, mantenía relaciones con otros. Por lo que era entendible porque su frustración crecía conforme las semanas pasaban.

Él lo consideraba como una relación abierta, pero sin llegar a meterse con alguien más, sabiendo que las cosas terminaban cuando la otra persona buscaba formalizar.

De alguna manera el compromiso no era lo suyo. Lo sabía por experiencia. Y por ello mismo, cuando le ofrecieron un trabajo en el Reino Unido, no dudo en irse hasta allá ni un instante.

Husk ni siquiera le dijo algo alentador. Anthony podía recordar sus palabras: no eres mi pareja, me importa un carajo a donde vayas, solo avisa cuando vuelves para ver si tengo tiempo.

Y sin mirar atrás, Anthony guardó su moto y tomó el primer vuelo que lo sacara del país.

Al llegar a U.K. se sintió realizado, porque era de esos sitios que quería conocer una vez en la vida y que además le pagaran por ir hasta allá, era todavía mejor.

Turisteo por semanas por el lugar, recibiendo de vez en cuando algún mensaje en respuesta a los suyos por parte de Husk, siempre con monosílabos.

Y cuando pensó que las cosas no podían empeorar en ese remedo de relación que tenía, Stolas entró en su vida.

Alto, guapo e increíblemente rico, literalmente cagado en dinero.

Anthony no se consideraba una persona que se fijará en el dinero, pero Stolas le mostró un nuevo mundo, que ni pudo ni quiso rechazar.

Un mundo del cual Husk ya no formaba parte.