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No se vive de amor.
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El día era triste, la nubes tapaban el cielo gris. El viento aumentaba y las primeras gotas de lluvia comenzaban a caer encima de la cara del azabache.

Sus jeans comenzaban a mojarse por la lluvia, la tristeza inundaba su corazón al ver a Jan vestido de novio.

Era cierto, Giselle y Jan se casarían.

No quería llorar, no ahí. Estaban al frente de una iglesia.

Una iglesia grande y bien decorada, al parecer la ceremonia aún no había empezado.

Tal vez si solo hable con el, le diga que lo ama y sean novios, se casen y sean felices.

-Jan..-Susurro para sí mismo.

No sabía que hacer, si quedarse ahí o irse corriendo.

Decidió irse nada más, camino un poco, hasta que pudo escuchar un "¡Giselle!" Por parte de Jan.

Volteo a ver, y había una hermosa chica delgada, alta, y de cabellos rubios.

Llevaba un vestido blanco, su cabello lucía una trenza y ni hablar de su ramo de flores, era precioso.

Al parecer era Giselle.

Se alejo un poco más, y se escondió en una tienda que estaba cerca.

Miro como Jan besaba a la chica y jugaba con sus pelos.

No sabía cómo reaccionar, solo se quedaba parado viendo que le quitaban al amor de su vida.

Tal vez no lo hayan invitado a la boda.. pero podría entrar de colado.

[...]

Ni bien puso un pie en su casa, fue a su habitación a escoger un buen traje que lo haga ver bien.

Quería molestar a la prometida de Jan, así que se vistió con un traje blanco pegado.

Salió de su casa, sin avisar a nadie, sería rápido.

Llegó al lugar de nuevo, y solo miro como un joven de ojos azules gritaba.

-Que..-Miro a Jan, este tenía una cara sorprendida y a la vez enojada.

-¡Ella ser mi amada, ella ser mi vida!-Gritaba el gringo, casi llorando.

Decidió solo sentarse, y mirar el espectáculo.

Giselle salió corriendo junto con el gringo, Jan simplemente se quedó atónito viendo como su chica se hiba con otro hombre.

Al parecer no tenía que interferir para que Jan fuera suyo.

Miro al suelo, y soltó una pequeña risa. Pero eso no significaba que estaba feliz del todo, Jan no lo quería, y eso le había puesto en claro ese día en que le repitió mil veces que no lo amaba.

Pero el si lo quiere.

Durante toda su vida, todo ha sido fácil de conseguir, ropa, celulares, casa, e incluso mascotas. Su padre le daba todo lo necesario para que fuera feliz.

Pero el ahora quería a Jan, tal vez el suene como un niño caprichoso que quiere que le compren algo.

Es cierto, el amaba a Jan.

Pero Jan lo amaba a él?

[...]

Tocaba su bajo con el corazón roto.

Las lágrimas caían a sus mejillas, deslizando suavemente hasta su cuello.

¿Necesitaba ir al psiquiatra? Tal vez, si..

Pero su única calma era amar y que lo amen.

Sentia en el pecho como si un elefante estuviera ahí acostado.

Se sentía oprimido, solo, cansado.

Dejo su bajo al lado de su cama se acostó y se acurruco en esas sábanas limpias y recien tendidas.

En su cabeza se repetía ese nombre "Jan"

Jamás le había pasado algo así, jamás había necesitado de amor o aprobación de alguien más para sentirse bien y lleno.

Miraba el techo, nada más quería quedarse ahí. Cómo si no tuviera 1289 tareas que hacer.

Se paro de su cama, se sentó en su escritorio y comenzó a escribir.

Las palabras no fluían para escribir la tarea.

Miraba triste su cuaderno, escribiendo cualquier cosa que se le viniera a la mente.

-Mierda..-Limpio sus lágrimas y siguió escribiendo.

Era difícil hacer tus quehaceres cuando tienes el corazón roto.

Cuando termino sus deberes, se acostó de nuevo, agarro su celular y fue directo a Instagram.

-Hola-Escribio Daniel.

Jan estaba en línea, pensaba que no le hiba a responder.

-Hola, Daniel.-Le llegó el mensaje.

-¿Cómo estás?

-Bien, y tú?

-Bien

-Para que me escribias?

-Esque te extraño

-Yo igual-Al leer ese mensaje, se sentó de golpe, sus ojos se abrieron más y su adrenalina comenzó a recorrer sus venas.

-Ya te casaste con tu novia?

-No, de hecho vino ese panadero a llevarla.

-Lo lamento

-No, ya no importa ¿Podemos vernos?

-Me gustaría verte, pero tengo miedo.

-¿Miedo de que?

-Miedo de que me rechazes.

-¿Por qué rechazaría a un niño tan lindo?

-No más lindo que tú, guapo militar.

Apagó su celular y miro a la nada, tal vez una chispa se volvió a encender. Tal vez haya una nueva oportunidad.

Fue una mala idea tener sexo con Jan a la primera cita, o algo así.

Y aunque el sabía que posiblemente esos mensajes de texto que Jan le mando, se los saco del culo. Le creía.

Escucho su teléfono vibrar, pensó que era Jan, lo prendió y miro que era un mensaje de su padre.

-Daniel, tenemos que hablar.


El Militar del Portón 2-ToboaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora