CAPITULO 4.

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(⁠•⁠ө⁠•⁠)⁠♡




Eun Jin ya se iba camino del salón y de la televisión. Jungkook sonrió triunfante y me tomó de la mano para dirigirnos hacia la cocina. Cuando fuimos a buscar mi coche, me abrió la puerta del copiloto y esta vez no
protesté. Todavía me costaba mucho trabajo encontrar el camino oculto que llevaba a su casa en la oscuridad.


Jungkook condujo hacia el norte, hacia las afueras de Forks, visiblemente irritado por la escasa velocidad a la que le permitía conducir mi prehistórico Chevrolet. El
motor rugía incluso más fuerte de lo habitual mientras intentaba ponerlo a más de ochenta.


—Tómatelo con calma —le advertí.

—¿Sabes qué te gustaría un montón? Un precioso y pequeño Audi Coupé.
Apenas hace ruido y tiene mucha potencia...


—No hay nada en mi coche que me desagrade. Y hablando de caprichos caros, si supieras lo que te conviene, no te gastarías nada en regalos de cumpleaños.


—Ni un centavo —dijo con aspecto recatado.

—Muy bien.

—¿Puedes hacerme un favor?

—Depende de lo que sea.

Suspiró y su dulce rostro se puso serio.

— Tar, el último cumpleaños real que tuvimos nosotros fue el de Jong-Suk en 1935. Déjanos disfrutar un poco y no te pongas demasiado difícil esta noche. Todos están muy emocionados.


Siempre me sorprendía un poco cuando se refería a ese tipo de cosas.

—Vale, me comportaré.

—Probablemente debería avisarte de que...

—Bien, hazlo.


—Cuando digo que todos están emocionados... me refiero a todos ellos.

—¿Todos? —me sofoqué— Pensé que Jong-Suk y Ji Eun estaban en África.


El resto de Forks tenía la sensación de que los retoños mayores de los Jeon se
habían marchado ese año a la universidad, a Dartmouth, pero yo tenía más información.

— Jong-Suk quería estar aquí.

—Pero... ¿y Ji Eun?

—Ya lo sé, Tae. No te preocupes, ella se comportará lo mejor posible.


No contesté. Como si yo simplemente pudiera no preocuparme, así de fácil. A diferencia de Jimin, la  hermana «adoptada» de Jungkook, la exquisita Ji Eun con su cabello rubio dorado, no me estimaba mucho. En realidad, lo que sentía era algo un poco más fuerte que el simple desagrado. Por lo que a Ji Eun se refería, yo era un intruso indeseado en la vida secreta de su familia.

Me sentía terriblemente culpable por la situación. Ya me había dado cuenta de que la prolongada ausencia de
Jong Suk y Ji Eun era por mi causa, a pesar de que, sin reconocerlo abiertamente, estaba encantado de no tener que verla. A Jong-Suk, el
travieso hermano de Jungkook, sí que le echaba de menos. En muchos sentidos, se parecía a ese hermano mayor que yo siempre había querido tener..., sólo que era mucho, mucho más amedrentador. Jungkook decidió cambiar de tema.



LUNA NUEVA [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora