Capitulo 10

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Narrador omnisciente:

Amelia se encontraba en su practica de quidditch, Regulus bromeaba junto a la rubia, el cabello de la chica estaba atado en una coleta alta, su uniforme verde esmeralda y plateado se encontraba pegado a sus curvas gracias al sudor, sus ojos azules brillaban mientras reía observando al menor de los Black.

—El entrenamiento ha termino.—Informa el capitan del equipo.

El resto de jugadores asiente para empezar a descender a tierra firme. 

Ya en esta los chicos se dirigen a los camerinos para disponerse a cambiar, Amelia en cambio decide cambiarse en su habitación, a lo que recoge sus cosas para disponerse a ir.

—Adios chicos.—Se despide la chica para emprender camino por los pasillos.

En uno de estos se encuentra a su mejor amiga, la cual le sonrie amable.

—Que maravilla verla señorita Alia.—La saluda Amelia chocando su hombro con Alia de manera divertida.

—Lo mismo opino señorita Amelia, ¿A donde te diriges?

—A mi habitación, ¿Vienes?

—Tengo una hora libre, así que si.

Ambas se toman las manos en gancho para caminar en dirección al cuarto de la rubia.

Al llegar a este Amelia se dispone a darse un baño mientras su mejor amiga se encontraba recostada en su cama leyendo  un libro.

Al salir Amelia ya esta totalmente vestida, lleva un corset negro, una falda roja y unas botas largas negras. La verdad a Alia le asombraba como a su mejor amiga todo se le veia bien.

Amelia se sienta en su tocador para empezar a peinarse, haciendose dos trenzas, para despues atarlas atras de su cabeza, aplicó un poco de labial rosa para despues observar a su amiga Alia, que ya la veia con una sonrisa.

—¿Que ves?—Pregunta Amelia divertida.

—Nada, nada.

Ambas ríen mientras Amelia niega.

—Prestame el labial, ya debo irme.—Le aviza Alia para ponerse de pie y quitarle el pinta labios.

—¡Oye!—Se queja Amelia.

Al terminar de aplicarse el lapiz labial Alia sale de la habitación.

—Nos vemos.—Se despide ella para cerrar la puerta detras de si.

Amelia mira la hora, aún le faltaba bastante tiempo para ir a su castigo así que decide dormir un rato.

...

La rubia se despierta algo anonada por unos golpes en su puerta, esta se levanta y abre su puerta, pero queda aún más anonada al ver a Tom Riddle frente a esta.

—¿Esta bien?—Es lo primero que pregunta el de ojos azules.

—Amh si, ¿Por qué?

—Lleva más de una hora de retraso señorita.

Los ojos de Amelia se abren y sus mejillas se cubren de un rojo gracias a la pena.

—¡Por Merlin! Disculpeme Profesor, me quede dormida.—Explica la chica para empezar a correr por la habitación volviendose a colocar sus botas, que anteriormente se habia quitado para dormir.—De verdad no se que me paso.

—Esta bien señorita.

Amelia se posa frente a su espejo para organizar su falda y arreglar un poco su cabello, la rubia daba pequeños saltos por toda la habitacion buscando su bolsa.

Al encontrarla se posa frente a la puerta para despues darle una sonrisa nerviosa a su profesor.

—Lista.—Aviza esta con su respiración acelerada.

El hombre sonríe para negar con su cabeza divertido.

—Vamos.

Durante el camino la respiración de Amelia logro regularse, el aroma de su perfume llegaba a las fosas nasales de Tom, deleitandose por el aroma que emanaba, sus instintos lo impulsaban a acercarse a la chica y pegar su rostro a su cuello y clavicula, así pudiendo deleitarse aún mejor con su perfume.

Al llegar a la oficina Amelia deja sus cosas, en realidad ya las bibliotecas estaban limpiar y organizadas, tenia en duda si informarle a Dubledore que ya habia terminado con estas, por que sus horas aún no terminaban y tal vez el viejo hombre le diera otro trabajo.

Para Amelia era agradable la compañia de Tom. La verdad le gustaba ver las miradas que dicho maestro le daba, además que le parecia interesante la molestia que tenia Tom hacia sus pretendientes.

La rubia se sienta frente al hombre para depositar su cabeza sobre el escritorio.

—¿Aún sigue cansada?—Pregunta el hombre.

Amelia asiente lentamente para despues conectar su mirada azulada con la de Tom.

—La practica de quidditch me dejo muerta.—La chica se pone de pie para empezar a caminar por la oficina.—Me terminare quedando dormida.

El hombre solo le da un suspiro como respuesta.

La rubia se vuelve a sentar frente al hombre para sacar un cigarrillo y disponerse a fumarlo, Tom no quitaba su mirada de ella, Amelia tenia su rostro volteado, dejando ver su bonito perfil y el como su peinado permitia ver más sus facciones, humo salia de sus labios rosados, causando que la atención entera de Tom se fuera hacia estos.

Pensamientos que no eran nada sanos invadian la mente de Tom, el aún no lograba comprender el como Amelia lograba sacar a flote sus instintos. El como con tan solo verla Tom moria por marcarla, besarla, entre otras cosas (Para nada adecuadas para una relación profesor - alumna)

Amelia vuelve a ponerse de pie, Tom no comprendia por que la chica no se quedaba quieta, lo que el no sabia era que la mirada de el la ponia nerviosa, la incitaba a observar su atractivo y varonil rostro, a que la curiosidad que el tambien causaba en ella se intensificara.

El hombre decide ponerse de pie para dirigirse hacia donde la chica, Amelia retrocede, hasta llegar al punto de chocar contra una estanteria, el cuerpo de la chica se tenso, mientras que aún sostenia su cigarrillo en las manos.

La rubia termino acorralada contra la estanteria y el pecho de Tom, la respiración de Amelia volvia a acelerarse, causando que su pecho subiera y bajara, llamando la atención del pelinegro, dandole miles de pensamientos que no debian, y lo peor, seguian apareciendo.

Tom toma la barbilla de Amelia, obligandola a verlo a los ojos, para despues quitarle su cigarrillo.

—Digame señorita, ¿La pongo nerviosa?—Pregunta el para acercarse más a ella, la respiración de la rubia queda atascada en su garganta.—¿Acaso mi cercania causa efecto en usted?

La mano que el hombre tenia en la delicada barbilla de Amelia empezaba a depositar pequeñas caricias en esta zona, causando unas desagradables mariposas en el abdomen bajo de ella, la mirada de la rubia se pasaba entre la mirada azulada de Tom y sus labios rosaceos.

...

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