Cap. 6.1

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'Nolan'

Lo vi sentado solo en doble pupitre esperando la clase, su cabellera castaña alborotada, solo me quedaba recordar su exquisito aroma, dude en sentarme cerca especialmente porque soy de su desagrado, no soy de la idea de juzgar a las personas por sus errores, pero, la forma desafortunada en la que nos conocimos me predecía esta circunstancia, aunque no pensé que sería así de drástica. La duda que aún persiste en mi es por saber el por qué él no puede sentir a mi lobo y mucho menos identificarme como su pareja destinada, mate. Ver su rostro acorrucarse entre sus brazos me dio por hecho que si me siento a su lado no responderá tan rápido, aunque tampoco quería incomodarlo, rayos...

-Me siento como un adolescente calen... - Nolan, siento a su lobo... pero, es muy leve, como una suave brisa en el rostro...- Me erguí en cuanto lo menciono, había una brecha, una muy delgada brecha de posibilidad para conectar y no tenía que ser desaprovechada, pero, ¿Cómo conectar? Tenía que ser algo verdaderamente significativo. Aun no se la razón por la que le pasa esto, pero, no lo dejare ir ahora que lo encontré – ¡Muévete rápido, eres muy lento! – Claro que me moví.

Me pase a su lado, en un ágil movimiento, no quería ser extraño y asustarlo, ya es costumbre repelerme. ¿Cómo llamar su atención? Me acerque a su oído y le susurre suavemente sobre él, su aroma inundo mis fosas nasales, un aroma reprimido, pero, para mí, aprete una de mis manos presionando mis garras contra la palma para mantener el control y no lanzarme a él como mi instinto exigía.

-Deberías tomar apuntes- Fue lo primero que se me ocurrió sinceramente, pero, él aun así no se movió solo escuche ese delicioso ronroneo - ¿Eres tonto o qué? Márcalo ahora que puedes- sé que mi lobo reacciona así por ese ruidito dulce que indica un poco de correspondencia, muy anhelada, por cierto.

-Ian- solo decir su nombre recorría en mi cuerpo ansias de él, si dejaba que se diera cuenta de lo obsesivo que dicen que puedo llegar a ser talvez se asuste, aunque seamos sinceros, los lobos son así, ¿no? El delicado ruidito proveniente de su garganta me dejó con una corriente desconocida por mi cuerpo, una risa nerviosa se escapó de mis labios y paro en cuanto pude ver su ojo mirándome, analizándome tan de cerca, como yo a él, escudriñé su rostro deseando tocar cada parte de él y apropiármela, como debía de ser.

El animal dentro de mí se calmó en cuanto su mirada asalto la mía, incluso mi respiración paro ante una mirada tan oscura y misteriosa, en algún momento pude salir de mi ensoñación, no sé cuánto tiempo fue ni me interesa saberlo. Inconscientemente mi brazo se levantó y mi mano dirigida por mi deseo de tocarlo capto su mirada.

- ¿Puedo...? - tocarte..., Deseo tocarte. Te esperé por tanto tiempo.

Cada parte de su rostro era una obra de arte, tan suave, tan limpia, tan exquisita. La perfección y delicadeza que solo podía percibirse en esculturas me trasladaban a una explosión de sentidos, su melena suave y semi húmeda, aun podía oler su champú, era la primera vez que lo tocaba de esta forma tan dedicada. Trace con mis dedos cada parte pretendiendo memorizarla bajo su atenta mirada en mi rostro, lo que me agitaba y tranquilizaba simultáneamente, es obvio que no es consciente de lo que causa en mí. Delineé su pecoso pómulo, su suave y regordeta mejilla, lo curioso de sus orejas, lo marcado de su ceja y su nariz respingada.

Llegue a un punto en su nariz donde había recibido el golpe del balón ¿Aun no sana? Los licántropos sanamos instantáneamente. Traté de componerla ejerciendo presión, si bien, ya estaba en su lugar la herida no cerraba, las venas negras de mi mano no tardaron en aparecer en cuanto empecé a curarle, sé que dolía, no esperaba que se alejara de mí, que huyera de mi tanto como antes.

Todo fue rápido y mi animal reacciono más rápido que yo, por un momento todo se nublo y percibí todo diferente.


Monoparental.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora