Cap. 6

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Jaqueca.

Durante el sueño y lo primero que sentí al despertar. No había tenido la oportunidad de dormir bien y profundamente. Me levante de la cama incluso antes que sonara el despertador mientras me bañaba, como vivo solo sonó hasta que termine de bañarme y pude presionar el botón haciendo que parara ese ruido irritante para mi estado, me puse mi muda de ropa habitual nada para vanagloriarse. Se que hay personas que llegan muy bien vestidas a la universidad, pero sinceramente no me esfuerzo mucho por eso. La ropa de supermercado puede ser linda y económica.

Me puse mi chaqueta negra de mezclilla, tomé las llaves de mi departamento y salí a luchar por tener una vida normal.

Llegar solo me toma de veinte a treinta minutos caminando y de diez a quince en bus, pero, no podía darme el lujo de gastar diez dólares, solo en casos de extrema tardanza y hoy no era el caso así que camine. Al llegar me dirigí directamente a mi casillero, ¿Qué más iba hacer? Acomode mis cosas y tome otras que ya había dejado ahí, camine hasta el aula. Algo me decía que sería un día lento y así fue la primera clase, lenta.

Era apenas jueves, miércoles había sido incomodo, los betas de la manada de Moshu se me acercaron como si quisieran caerme bien, en una situación tan forzada, algunos de ellos me atacaron con verborrea lo que me asusta, no proceso todo muy rápido, esa no es mi virtud, solo les sonreía mientras trataba de entender por qué me hablan como si nos conociéramos y tuvieran que ponerme al día o incluso llenarme la cabeza de datos sin sentido para mí, casi me veo en la situación de pedir contexto, el cual, no me fue proporcionado.

Sacudí mi cabeza para librar esos pensamientos que se añadían a mi insoportable jaqueca. Ya en mi segunda clase que sería igual de aburrida que la anterior dispuse de la mesa para acomodar mis brazos y sobre ellos mi cabeza para deleitarme en mis cabellos húmedos y fríos, dormir un poco para pasar el tiempo. Alguien se acomodó a mi lado, incluso antes de sentarse pude sentir su tranquila presencia y un escalofrío delicioso me recorrió, no podía sentir aromas así que me resigne de intentarlo, ya dispuesto a dormir cerré mis ojos y me acorruque.

-Deberías tomar apuntes- Me dijo en un susurro una voz grave y profunda que deleito mi sentido auditivo, yo solo me limite a ronronear de placer al escuchar esa pequeña sinfonía.

-Ian- Simplemente delicioso.

Se escapo otro ronroneo, escuche su risita igual de gloriosa, pero, me gustaría verla. Asomé mi cabeza sobre mi brazo para poder mirarle, y ahí estaba él, tan apuesto mirándome con sus bellos ojos claros y penetrantes, tan cerca una cabeza de la otra y por un momento me sentí cómodo con la cercanía. Nuestras miradas se enterraron en la otra, claro contra oscuro, gris celestino y marrón, era la mirada de un ángel. Su sonrisa desapareció hasta quedar serio, pero aún me miraba, miraba mis ojos, mi cabello, mi oreja... y yo hacía lo mismo, estuvimos así un tiempo, es apuesto.

Extendió su brazo a la altura de mi hombro y abrió su palma hacia mi cabello, me limite a observar que es lo que pretende hacer este alfa y por qué no me siento amenazado como lo percibo con los otros.

- ¿Puedo...? - Pronuncio aun susurrándome suavemente como si temiera que su sola voz me asustara y posteriormente me alejara, no le dije nada, solo le mire, sentí como acariciaba mi melena con suma delicadeza y me miraba con aun más profundidad, la cual no sabía que era posible.

Permaneció de esta manera un buen rato, acariciándome, mirándome, solo a mí, de vez en cuando fruncia el ceño y su mano bajaba a detallar mi ceja, mi pómulo, rozar mi mejilla sonrojada, hasta que ese mismo dedo pulgar bajo un poco más rozando mi nariz, frunció el ceño y entre abrió los labios mirando más atento esa zona, yo también fruncí el entrecejo, aun me dolía, y ¿cómo no?

Monoparental.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora