Cap. 1.1

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Simultáneamente de lo que pasaba con los chicos en otro lugar.

'X'
Ya había pasado un rato desde que esperábamos el timbre para la primer sesión de clases, nos habíamos puesto al día con los chicos de la manada, yo pasé a 4° año, incluso me sorprendió ver a Lulú, mi beta.

Todos los Alfas tenemos un beta de amigo y ayuda que nos proporciono la madre luna, debemos cuidarlo, las relaciones llegan a ser tan cercanas como las de buenos hermanos y la mía era una de esas.

— Hola, qué tal? — dice Lulú integrándose al grupo, a lo que solo reí y le acaricie su largo cabello, los chicos la saludaron amablemente, le hicieron preguntas sobre el aula o los maestros ya que era hija de uno. Entre risas, en un momento sentí como un aroma inundó mis fosas nasales, era leve pero, apetecible, inmediatamente me saco de hondas perdiéndome en otro plano maravillado por este.

Atrápalo! — dijo exigente mi parte lobuna y salvaje impulsándome a dar un paso. — Tómalo, es nuestro — en ese momento no pude percibirme pero mi rostro había cambiado, mis ojos eran rojo brillante y había dejado salir mis colmillos listo para marcar a quien poseía aquel aroma exquisito a mermelada, mi insaciable apetito por ello despertó de forma repentina, iba correr, seguirlo, atraparlo y no dejarlo ir, era lo que quería hacer en ese momento.

— Estás bien? — dijo Lulú preocupada poniendo su mano en mi pecho para que parara de avanzar mirándome con el ceño fruncido —Contrólate, estás asustando a muchos — tenía razón, podía ver sus rostros sorprendidos y asustados, ya que un alfa en su estado lobuno es casi salvaje, peor si pierde el control de la bestia.

Asentí desviando mi mirada al suelo intercalando la vista entre sus pies y los míos — Bien — es lo único que pude decir con dificultad, seguí con una respiración forzada y agitada, trataba de volver pero, seguía sintiéndolo, escuché un pequeño chillido de su parte como si alguien le apachara el cuello, era un poco forzado, justo en el momento que empezaba a controlarme, mi lobo, Mos, gruño, incline un poco la cabeza hacia donde creo que surgió, mi rostro volvió a como estaba antes un poco más agresivo y salvaje y no pude evitar externar el gruñido, quería llegar hasta esa persona y empecé a seguir el aroma hasta entonces lo vi.

Estaba pegado al casillero se podía notar sonrojado, lo cual me gusto, sentí más fuerte su aroma y quería apoderarme completamente de él, su cabello negro caía  como catarata sobre su rostro agachado. Me tranquilice, no quería asustarlo, hasta entonces volví a la "normalidad" no del todo, podía sentir como mi lobo quería emerger y hacer suyo al omega, aunque me gustaría no era el momento. 

Trate de hablar lo más normal y relajado que pude, ya que se veía que su amiguito quería tranquilizarlo..

— Estás bien? — pregunté directamente hacia él, lo cual hizo que emitiera un exquisito pero leve gemido, lo cual, me hizo sonrojar y eso es raro, comúnmente soy yo el que provoca estas reacciones, qué diablos me pasa?.

Monoparental.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora