parte ❣24

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Jimin caminaba sin rumbo hacia el bosque. Su manada celebraba la reunión entre castas y esta vez había sido el turno de la manada Norte.

Al pequeño rubio no le interesaba participar, aunque bien sabía que ni notarían su ausencia. 9 años tenía y pronto entendió su existencia en su familia no era relevante, pequeño e inútil, solía recordar esas palabras. Su padre solía murmurarlas ocasionalmente, quizá, pensando que Jimin fuera incapaz de escucharlo.

Se acerco al árbol más grande que vio y tomo asiento, recostando su espalda en el tronco, saco una servilleta del bolsillo de su pantalón y la dejo en sus piernas, abriéndola con una sonrisa. El pequeño cachorro había tomado a escondidas unas galletas de chocolate y como su madre lo golpearía si llegaba a verlo, prefirió huir de casa y de la famosa cena.

— Lucen deliciosas.. —murmuraba emocionado.

Era bien sabido que no se le permitía comer cosas de ese tipo, por eso se escabullía en la cocina cuando sus padres llevaban a Jihoon; su hermano gemelo a la ciudad y lo dejaban a el solo con la servidumbre. Devoró las galletas en un abrir y cerrar de ojos y se recostó satisfecho.

Jimin~

Escuchó a lo lejos.

Curioso se puso de pie, aquella voz lo llamaba de una manera familiar.

Camino hacia el interior del bosque, la voz continuaba guiándolo y se vio atrapado frente a un arbusto, no veía por donde pasar. Pero pronto sonrió y se arrodillo en el suelo, abriéndose paso y llegando a un inmenso río.

La brisa fría, el olor a pasto, la tranquilidad que podía sentir.

Definitivamente, Jimin no se arrepentiría jamás de haber escapado de casa. Dio cortos pasos llegando a la orilla del río y se acuclillo, llevando su pequeña mano al agua que terminó por helar sus dedos.

— Fría —musito con una sonrisa juguetona.

Nunca había estado en aquel lugar, pero algo le decía que se convertiría en su lugar favorito, se podía sentirse tranquilo estando ahí, no como en su casa, donde era invisible. Escucho un crujido a su espalda y se giró; pensativo, esperando a ver si alguien hacia acto de presencia, pero no fue así.

Se giró hacia el río nuevamente, restándole importancia y no fue hasta el anochecer que decidió regresar a lo que debía llamar "hogar".





[❁]




El beta Kim Namjoon, le resultaba confiable. Aunque no lograba entender, porque el hermano menor no terminaba por convencerlo. Escuchaba atentamente las palabras del moreno y no podía creer lo ciego que estuvo desde que había decidido casarse con Park Jihoon.

— ¿Qué sucedió con Taehyung? —cuestiono— He notado cicatrices en su rostro y el como se le dificulta caminar.

El mayor bajo la mirada— Fue el día que intentamos rescatar a Jimin y llevarlo con nosotros a la ciudad —confeso— Yoongi, ese alfa... —negó— Fue quien le hizo eso a mi hermano, luego fuimos desterrados.

— ¿El destinado de Jihoon? —preguntó perplejo.

— Así es —Namjoon giro hacia el pelinegro— Le prometimos a Jimin cuidarlo, salvarlo de su familia. Pero no contábamos con que querían entregarlo a la manada del alfa Song, luego de eso fue que lo encerraron. Lo demás ya lo sabes, la huida de Jihoon, que Jimin viniera a parar a tu manada y siendo el reemplazo de su hermano.

— Es entendible que quisieran rescatarlo —Jungkook suspiro— Mira, se que Jimin y yo no empezamos de la mejor manera, pero no miento cuando digo que no permitiré que lo aparten de mi lado, somos destinados y sé que tu hermano me recalcará que estuve enamorado de Jihoon... Pero, estoy dispuesto a estar al lado de Jimin, a intentarlo.

— Yo confió en usted joven Jungkook, usted es un alfa confiable y sé que cuidara a Jiminie.

— De nuevo repito, deberías decírselo a tu hermano —bufó ocasionando la risa del moreno.

La intranquilidad no salía de su pecho y luego de haber finalizado un 80% el que sería su hogar, se dirigió a casa. El silencio reinaba en aquella casa y no podía esperar a que el día finalizará, en pocas horas tendría a su omega a su lado y eso le parecía suficiente.

Subió hasta la que era su habitación y se cruzó de brazos, podía percibir el leve aroma a whisky y madera mezclado con su propio aroma y le resultaba tranquilizante.

Necesitaba ordenar un poco la habitación, quizá empacar algunas cosas, irse preparando para el día de la mudanza y quizá, mentalizarse a que iniciaría su vida como alfa oficial de la manada, pues al terminar la casa y mudarse con Jimin, pronto tendrían que casarse.

Pareces ansioso por ver a nuestro omega~

— No sé de qué hablas —murmuró mientras sacudía la cama.

Y tan pronto como termino de organizar, se dejó caer en la cama, atrayendo a su nariz la almohada impregnada al aroma de su omega y cayó en un sueño profundo, pequeños flashes de su infancia y el más importante, aquel encuentro con un cachorro de cabellos rubios de la manada del Norte. El sueño perfecto, Jungkook sonreía ante la imagen y se encontró recorriendo el mismo camino de cuando era un niño.

En el sueño, asomaba su rostro y se ponía de puntas para poder ver mejor, pero grande fue su sorpresa cuando el pequeño niño, no era tan pequeño como recuerda y en su lugar, el fuerte aroma a whisky y madera podía percibirse.

Jungkook se quedo pasmado.

Perplejo.

Y cuando aquel rubio giro su rostro, unos ojos azulados le dieron la bienvenida, haciendo que sus ojos se abrieran abruptamente.

Era nuestro omega~

Luego de aquello no pego el ojo en toda la noche. 

Permaneció despierto hasta que los rayos de luz empezaron a colarse por su ventana y no tuvo más remedio que levantarse y ordenar un poco la casa, después de todo había prometido tenerla limpia y no quería hacer enojar a su madre por nada del mundo.

Tomo una ducha, preparo algo para desayunar y sus pensamientos empezaron a enredarse en su cabeza. Tendría que pensar que podría preparar para almorzar, quería sorprender a Jimin de alguna manera y darle una bienvenida, además de prepararse para el reencuentro de su omega con cierto alfa de cabellos castaños.

Y por ultimo tendría que soportar las ganas de partirle la cara a Taehyung. 




Whisky y Madera❣Kookღin(omegaverse)❣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora