La llegada

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En ese momento breve, pero muy intenso, en el que sentí su mirada en la mía, supe que algo había cambiado en mí. No fui consciente, por supuesto, pero lo sentí.

Bajó del automóvil, ayudada por su madre y su hermana (las pude reconocer a pesar del tiempo). Ella caminaba con dificultad, con lentitud, como si le pesaran las piernas, hacia la puerta roja de su casa. Y justo antes de cruzar el umbral, como si se percatara de que yo la estaba observando, se dio vuelta, con una inusitada y renovada energía, con el único movimiento rápido que la vi hacer, y clavó su mirada negra e intensa en mí. Sólo duró unos segundos, pero fueron suficientes para hacerme sentir algo. Algo que nunca antes había experimentado. No sé qué fue y aún ahora me cuesta mucho encontrar las palabras para describir lo que sentí. Sólo diré que fue como si aquella mirada suya me despertara; me devolviera a la vida. Y todo el tiempo que duró aquel instante en que su mirada sostenía la mía, dejé de llorar. Dejé de sentir tristeza y por primera vez, empecé a pensar que no estaba tan sola en el mundo, como creía...

El retorno (Girl Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora