El sonido más bello del mundo

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Parecía que el fin del mundo se había desatado, justo cuando me hablaba de caricias…Nos cobijamos bajo un precario puente de madera, carcomido por el tiempo y la sal del mar. Llovía a cántaros; las dos estábamos empapadas. Estaba oscureciendo pero yo podía verla claramente por las luces del puerto cercano. Sabía que sería mejor volver…pero no podía pensar en nada más que en el aspecto que tenía ella ahora, con su ropa empapada, sus mejillas sonrosadas y su sonrisa enigmática que no dejaba de tentarme en todo momento.

Sentí vergüenza de lo que iba a hacer a continuación, pero acabé haciéndolo igual.

Clavé mi vista en sus pechos, que se percibían en su totalidad, gracias a que tenía su camisa empapada. La tomé de la cintura y la atraje hacia mí. Con la otra mano, con urgencia y con torpeza, desabroché un par de botones y comencé a besarla, primero en su cuello, para luego ir bajando… Descubrí que sólo llevaba la camisa, lo que pareció excitarme aún más…

Cuando mi boca encontró su pezón, todo su cuerpo pareció estremecerse… Sentí que no quería perder tiempo, y no quería perder aquella oportunidad así que la solté de la cintura y busqué su entrepierna, debajo de la pollera tableada que llevaba… Esperé unos segundos su reacción. Se me incendiaban las manos por tocarla pero no iba a hacerlo si ella no lo deseaba… No tuve que esperar mucho… Al sentir mi mano, me besó en la boca, casi con salvajismo… Y me terminó por enloquecer…

Fue suficiente una caricia suave para arrancarle el primer gemido…que se me antojó el sonido más bello del mundo…

Me desperté con un sobresalto. Tenía el cuerpo empapado y el corazón desbocado. Con mucha vergüenza recordé cada segundo del sueño que acaba de tener…

No logré volver a dormirme sino hasta el amanecer…

El retorno (Girl Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora