Vergüenza

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La luz matinal ya había empapado toda la cuadra. Y el vecindario comenzaba lentamente a despertar. Y cuando sentí el débil sol otoñal en mi rostro, fue como si despertara yo también, pero de un sueño hipnótico. Y no pude evitar sentirme como una tonta, parada allí, husmeando la casa de mi vecina, deseando verla una vez más. Sentí vergüenza de mí misma. Entré y cerré la puerta con furia, esperando en mi interior que nadie (y sobre todo ella…) se hubiesen dado cuenta de aquella extraña actitud mía. Que aunque yo no lo supiera en ese momento sería la primera…pero no la última…

El retorno (Girl Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora