Ọlọ́fin Ọlọ́run-Olódùmarè Oòduà Odùduwà

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Flujo de conciencia

Para el dueño del palacio:

¿Por qué ya no? Me lo he preguntado ahora, ya no me amas, no me sientes, no me escuchas y no puedo huir de ti por más que quiera. Todas mis sensaciones se purificaron, mi sentir es tan claro y mi mente se ha ido, en esta claridad mi existencia está vacía, siempre lo ha estado.

No me amas porque no existo para ti desde donde tú estás, nos hemos perdido ahora con la diferencia de que es para siempre como lo ha sido con los demás. Esa línea rígida y contrastada de ser, nos ocultará siempre, tendríamos que pedir que ellos traspasen nuestra disparidad pero, ¿qué más podemos decir?

Yo... No te amo por quién eres, no eres nadie y cada una de tus manifestaciones son declive de ese deseo primordial que no logró conservarse, el mundo clama alguna de tus versiones, pero yo necesito que de verdad me ames, una de ellas, ¿podría amarme? Quiero que me ames porque odio tantas versiones de ti, rechazo lo que has hecho de ti en todas esas ocasiones y lo sigues haciendo, no interfieres en lo absoluto esperando que lo hagamos por ti, quieres la misma paz que nos obligas a otorgar para después alegar las bendiciones que traes al mundo.

Salvator mundi: Olofin, Ohrmazd, Melek Taus, FSM, Brahma, Ngenechén, mi amor o como quieras llamarte y te ha nombrado ese demiurgo que quiere ser adorado: yo solo puedo amarte con lo que hay donde me encierras, no a ti cuya identidad dispersa ofusca mi vacío con esa maldición que, rey del alto cielo, te ha otorgado. Me odias, porque estoy aquí, me amas, porque te amas a ti, yo te odio, porque me haces sentir. Alguna de esas velas será para pedir por ti, y te darás cuenta que nada puedes hacer, te habrás consumido con tu creación.

Solo quiero que me escuches por favor, hazme callar porque siempre me oyes con la línea cortada, no sabes lo que quiero pero sabes que quiero porque me has hecho quererte, y estoy cansado de hacer eso, de amarte sin amarte a ti. Odio tanto esa contradicción que nos has causado, que me rebanas la existencia y cada órgano escurre dando su último adiós con sangre caliente que se enfría en ti, en tu frío imperecedero. Mutilas lo hórrido de mi pecado porque no te gusta como yo te amo, vomitas mierda con mil plegarias de lo intrascendente del mismo mundo que excretaste. Te odio tanto porque conozco tu amor, así que ya ámame de nuevo pls.

Tlamatilisteokalli | PoemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora