Ahí donde Yarilo camine, tu campo dará a luz

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Pálpito de mi marchitez y bruma fúnebre
Anhelo de raíces que desgarran por necedad
Arraigo mío, de un baldío desahuciado
Polución tántrica por mi destino lúgubre

Final de mis mil vidas sin lugar en el Samsara
Ciclos vitales acogidos sin interferencia
Yo, carente de nombre, presencié todas ellas
Yo, carente de identidad, no moriré con ellas

Más allá de mefítica bruma insondable, por donde la vida camina, hace ayeres me bendecía, dentro de mil pasos más hasta que vuelva la vida, en el ahora etéreo yo te espero.

Podredumbre que petrifica mi esperanza, deseos y avaricia contaminan mi superficie, avidez ajena aplastante con su vanidad. Pálpito de un sinuoso paraíso marchitado.

Ahí donde sea que estés, te esperaré los ciclos que hagan falta para sentir tu tacto, aguardo por el cobijo de tu bendición, espero por envolverme de tu presencia mientras te envuelves en la mía.

Anda sobre mí y déjame sentir tu cálidez, anda por mí y deja mi mundo extender, hazme el amor y deja mil vidas florecer.

Tlamatilisteokalli | PoemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora