Capítulo 39 (JK POV)

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Ya llevábamos una semana en Melbourne. Una semana también desde que se habían filtrados las fotos.

El día que Jung Su me llamó para alertarme de lo que estaba pasando, me había sentido paralizado.

Desde mi lado, no tenía problemas con que se filtrara nuestra relación, de hecho una extraña sensación de felicidad y alivio me llenaban de solo poder tener la libertad de estar con ella sin tener que esconderme constantemente.

Mi miedo era por Sara, me cagaba en mi puta existencia de solo pensar que todo fuera tan abrumador para ella, que terminara huyendo de mí. Y cuando le conté y tuvo una crisis de ansiedad, sentí que el suelo en mis pies desaparecía. Quise golpearme por haber sido tan torpe en el cómo le había dado la noticia.

Pero Sara se lo estaba tomando sorprendentemente bien. Después de calmarse, tuvimos una conversación, acordamos intentar mantener un perfil bajo a nivel público, hasta que la noticia se calmara un poco. Le pedí que intentara mantenerse alejada de las redes sociales, al menos por unos días y, que restringiera los comentarios y mensajes en su cuenta de Instagram.

Yo hice un Live para poder aclarar todo por mí mismo, no quise que fuera la compañía la que diera el comunicado público. Me parecía tan impersonal. Esto era muy importante para mí, así que preferí ser yo quien lo comunicara. Fui totalmente honesto, aunque no entré en detalles; dije que estaba enamorado y que con Sara estábamos en una relación hace meses. Y pedí abiertamente que por favor fueran respetuosos de nuestros sentimientos.


Jung Su había contratado a un profesor  de boxeo que venía por las mañanas a entrenar conmigo al gimnasio del hotel. Luego almorzábamos con Sara y Axel; y por las tardes por lo general me sumaba a los chicos. Los estaba ayudando a pintar. Ya tenían el diseño total en el mural, y habían secciones que tenían códigos que indicaban el color de base y el tipo de brocha que debía usar, así que solo seguía instrucciones. Hace mucho no pintaba, casi había olvidado lo mucho que me gustaba hacerlo. Me relajaba pasar las tardes conversando, bebiendo alguna cerveza, escuchando buena música y pintando con ellos. Hasta que antes que llegaba el atardecer con Sara volvíamos al hotel para ducharnos y luego cenar. Nos acostábamos temprano y veíamos alguna película antes de dormir.

Por supuesto ya habíamos follado en cada rincón de la habitación, y mi lugar favorito por lejos era follarla contra la gran ventana frente a la cama, mientras veía sus ojos verdes en contraste con las luces de la ciudad.
No habíamos recorrido nada de la ciudad aún, ya que estábamos intentando mantenernos lo más resguardados posibles del ojo público.



Acababa de terminar una video llamada con los chicos de la banda, estábamos agendando y coordinando algunas fechas para nuestro retorno de vacaciones, y aprovechamos también de ponernos al día. Cuando colgué iban a ser las seis de la tarde; así que de seguro a Sara le quedaba poco para terminar su jornada. Decidí ducharme y bajar por ella para ir a cenar.

El muro que estaban pintando, era del alto del edificio del hotel. En total veinte pisos, era un mural de gran envergadura. Y si bien por lo grande, la mayor parte podría ser visto desde la calle, para acceder directamente se hacía a través de una salida a un jardín trasero del hotel.

Cuando salí al jardín mi vista se posó de inmediato en el gran andamio sobre el que estaba Sara. Habían avanzado mucho esa tarde. Ella estaba sentada, de frente a  Axel. Movía sus manos mientras hablaba, me encantaba que hiciera eso.

Pero a medida que me acerqué pude ver que el hombre frente a ella no era Axel. Ambos estaban sentados de frente, más cerca de lo que hubiera preferido. De repente la mano de él se posó en la rodilla de Sara. Esa fue la primera alerta que cruzó mi vientre.
Dí otros pasos, desde donde caminaba casi no podía ver la cara de Sara, pero si la del imbécil, así que pude notar claramente como le sonreía y la miraba como un idiota embobado. Mi mandíbula se tensó. Me repetí a mí mismo que solo estaban hablando; que no había necesidad de sentirse así de molesto, como estaba comenzando a sentirme.
Pero cuando me quedaban pocos pasos para llegar hasta el andamio, vi como el idiota tomó un mechón de su cabello, que revoloteaba por el viento que soplaba fuerte y lo puso detrás de su oreja, luego tomó la mano de Sara y besó su dorso.
El jodido enojo que estaba conteniendo dentro de mi, casi estalló empujando mis pasos para llegar a ellos y subí rápido la escalera del andamio.

Chico conoce a Chica (Jeon Jungkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora