Capítulo 1 (Sara POV)

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Entre risas, brindis y la música de fondo, la celebración del cumpleaños de mi amigo iba perfecta.

— Chicas, las amo. Ha sido una celebración soñada — dijo Yun con una enorme sonrisa mientras se colaba en el espacio entre nosotras y nos abrazaba.

Verlo así de feliz me hizo recordar el día que lo ví por primera vez, hace poco más de dos años atrás en Auckland, New Zealand. Aún recuerdo ese día. Con Kate veníamos de haber compartido unas cervezas con amigos y, ahí estaba Yun, en la puerta del edificio, con el rostro lleno de lágrimas y un bolso viejo entre las piernas. Había roto con su novio.


— Hey! ¿ya les presenté al gran Jin?

Nos dijo Yun tomando a su amigo del brazo, acercándolo a nosotras. Sus risas me sacaron de la nostalgia a la que me estaban llevando mis recuerdos. Pude notar en la voz rasposa de mi Yun que el soju estaba haciendo efecto en él.

La verdad había perdido la cuenta de cuantas personas nos había presentado esa noche mi amigo, creo que Hari, la hermana de Yun, no había entendido del todo la parte de invitar solo a los más cercanos, por que la cafetería de Yun era un lugar pequeño.

La cafetería de Yun, aún sonaba tan surrealista decir eso. Y es que un año atrás estábamos los tres llorando y bajandonos dos litros de helado de frambuesa mientras veíamos la película "Comer, rezar, amar", esa que protagoniza la genia Julia Roberts.

Compartíamos una linda casa en Auckland con vista al bello Parque Domain. En ese momento los tres estábamos pasando por... ¿cómo decirlo? ...una serie de eventos desafortunados. Así que en un arranque de locura colectivo decidimos renunciar a nuestros trabajos, vender todo lo que teníamos y al igual que Julia Roberts emprender un viaje.

Estuvimos casi un año viajando por el sudeste de Asia. Sin duda, fué la mejor desición. Nos la disfrutamos del todo; conocimos ciudades, playas y personas hermosas. Nos ayudó para sanar algunas heridas, afianzar aún más nuestra amistad y tomar algunas desiciones.

Desiciones que, hace poco más de un mes nos llevaron a  instalarnos en Seúl. Yun decidió volver a vivir en su natal Corea ya que su hermana Hari estaba embarazada y se estaba divorciando, así que él quería ser un hermano y tío presente.
Y bueno; Kate y yo estábamos sin proyectos claros, así que el plan Seúl nos pareció perfecto como siguiente punto en la ruta, al menos durante tres meses, que era la duración de la visa de turista, mientras decidiamos qué hacer.

Yun estaba cumpliendo 30 años, era barista, alto, guapo y uno de los seres humanos más bondadosos que conocí. Kate de 29 años, mi gran amiga, mi alma gemela, si es que eso existe, tenía la cabellera rojiza más bella del planeta, lo que combinado a su coqueteo innato la hacían una bomba de aquellas, además era la mejor escuchando y, por si fuera poco, era chef de alta cocina, especialista en pastelería, lo que solo me hacía amarla aún más. Ambas éramos amigas desde la secundaria.

Y la otra punta del triángulo era yo, Sara, 28 años; ilustradora y muralista, adicta al café de Yun y a los pasteles de Kate. Además de ser la mejor cuando de conseguir tickets de avión baratos se trataba.                                                                

Mi amigo había fantaseado con abrir una cafetería desde hace muchos años y, volver a Seúl fué el momento perfecto. Por supuesto que Kate y yo no pudimos hacer más que apoyar el sueño de nuestro amigo, aunque eso significara que no volviera a New Zealand con nosotras.

Jin, a quien Yun nos presentó más de tres veces durante la noche, en ese momento solo reía, bromeaba y llenaba nuestros vasos una y otra vez. De todos los amigos de Yun presentes esa noche, Jin me pareció por lejos el más divertido, sin contar a su hermana Hari, por supuesto, a quien ya conocíamos, porque nos había visitado un par de veces cuando aún vivíamos en Auckland.

Chico conoce a Chica (Jeon Jungkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora