Rehén

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|CAPITULO 10|
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—Esta deshidratada—Informe mientras volteaba dispuesta preparar el suero—Una intravenosa servirá por ahora—Maggie acariciaba la mano de su hermana, atenta a todo lo que yo decía.—¿Cómo te encuentras?—Me dirigí hacia la castaña.

—Bien...solo me acoraba la vez del primer verano que volví de clase—Sobre sus labios se formó una sonrisa melancólica—Llegue a casa, deje mis cosas y corri al establo para montar un rato, mi familia volvió de la iglesia y Beth tomó mis cosas y comenzó a desarmar el equipaje—Deje por unos segundos lo que estaba haciendo para poder centrar mi atención en su historia—Y se le ocurrió revisar mi maleta, encontró un frasco con píldoras rosas y verdes—Ante aquello ambas cruzamos miradas divertidas—No sabía que yo tomaba la píldora, se asustó tanto con la idea de que estuviese con chicos que corrió al estanque y las arrojó. Cuando llegue vi lo que hacia y le grite—Sus ojos se llenaban de lagrimas a medida que la historia avanzaba—Ella comenzó a llorar y Shawn salió asustado pensando que nos ahogábamos. Pero se dio cuenta de lo que esta pasando y comenzó a reír tan fuerte que mi caballo se asusto, y nos llenó de lodo a los tres—Pude notar como una lagrima traicionera rodaba por su mejilla—Mi papa se acercó gritando "¿Que diablos pasa aquí?" Ella se volteó y delicadamente le dijo "Solo nadamos, papi"...Con su vestido dominical cubierto de lodo—Mi mano libre acarició la espalda de la chica brindándole algo de apoyo.

—Los chicos traerán a tu padre...y yo cuidare de Beth, te aseguro que todo saldrá bien—Ante mis palabras la chica se abalanzo a mis brazos hundiendo su rostro en mi cuello, dejando que las lagrimas saliesen, estaba claramente abrumada por la situación—Estoy para lo que necesites ¿Si?—La muchacha asintió separándose de mi, sorbiendo su nariz en el proceso.—Bien, ayúdame con esto—Pedí refiriéndome a la vía, dejando que ella colgase el suero en el respaldo de la cama mientras yo pinchaba el brazo de Beth—Le suministraré unos calmantes para que su cuerpo se relaje—Le explique inyectando la medicación dentro del suero, para posteriormente regular el goteo.

—Te lo agradezco Liah—Maggie tomó mis manos dejando caricias sobre ellas.

—No tienes porque—Le dedique una sonrisa reconfortante que ella no tardó en devolver.

  El ruido de un motor nos obliga ver por la ventana, era la camioneta de Hershel. Ambas corremos al exterior de la casa donde ya todos se reunían para recibir a los recién llegados. No tarde en aproximarme a Dary, que aguardaba con su ballesta en mano, se estaban preparando para salir en busca de los hombre, pero para mi suerte estos volvieron antes. Maggie corrió a lo brazos de Gleen, sin embargo, él la esquivo continuando su paso a la vivienda.

—Patricia, prepara las cosas para una cirugía—La voz de Hershel rompió el silencio—Liah, necesitare tu ayuda—Yo lo observaba sin comprender hasta que T-Dog se percato de la presencia de un muchacho dentro de la camioneta "Randall" como el coreano lo había llamado.  Mi vista se desvió hacia Daryl que observaba disgustado la escena.

—Liah—Patricia se acercaba hacia nosotros con Ray sobre sus brazos—Debemos ayudar—Me informó refiriéndose a que alguien más debería cuidar a mi hijo. Daryl no tardó en cargar al pequeño.

—Tranquila, lo cuidare bien—Me respondió ante mi insistente mirada.

—Bien—Sonrió regalándole una caricia en la mejilla regordeta y algo colorada de Ray.

—¡Maliah!—El llamado de Hershel apurándome me obligó a abandonar a mi familia, no me aleje de ellos sin antes dejar un rápido beso en la comisura de los labios del cazador.

  Así fue como los tres nos encerramos dentro de la habitación para poder operar al chico, quien tenia su pierna completamente destrozada. Al salir de la habitación nos reunimos con el resto, que platicaba sobre que hacer con, ahora, nuestro rehén. 

—Pudimos reconstruir la mayoría de sus músculos, pero puede tener dañado los nervios—Informa Hershel hacia todos.

—No podrá caminar por al menos una semana—Agregue mientras me acercaba a Daryl y Ray.

—Cuando se recupere lo llevamos a la carretera y que se largue—Explicó Rick que terminó siendo intervenido por Andrea.

—Es lo mismo que dejárselo a los caminantes—

—No podemos dejarlo ir, sabe donde estamos—Shane se oponía rotundamente a la idea. Sinceramente había generado un desprecio enorme contra él, pero en esta ocasión concordaba, no dejaría que ese chico se fuese de aquí corriendo el riesgo de que traiga a su grupo. No pondría en peligro a Ray.

—Estuvo vendado todo el tiempo, no es una amaneza—Respondió el comisario antes la interrupción-

—¿No es una amenaza?—Shane sonrió indignado—¿Cuántos había? Mataste a tres de ellos y te llevaste a uno de rehén ¿Crees que no vendrán a buscarlo?—Tenía un punto. Mi vista divagó hacia la de Daryl, que observaba la situación con molestia. Al brindarle un pequeño empujen había conseguido captar su atención por completo, su mirada confusa logró formar una sonrisa sobre mis labios.

—¿Puedo cargar a mi hijo?—Mi susurro consiguió que el cazador dejara a Ray sobre mis brazos. Hacia ya una cuantas horas que no podía abrazar al pequeño, lo extrañaba tanto. Sus ojitos verdes me observaron y al instante sus manitas se aferraron a mi camiseta mientras un puchero se dejaba ver en su rostro, indicando que comenzaría a llorar.

—Lo dieron por muerto, nadie lo esta buscando—Expresaba un Rick bastante alterado

—Deberíamos montar guardia—Proponía el moreno siendo brevemente ignorado

—Ahora esta inconsciente, estara así un par de horas—Informó Hershel recordándoles el estado de Randall. Ray había comenzado a sollozar dejando en claro de que si no era alimentado en ese momento su llanto comenzaría. 

—Yo iré a comprarles unas flores y un pastel—Ironizó Shane disponiéndose a abandonar el lugar—Miren todos volvimos al parque de diversiones—Hershel detuvo el caminar del comisario interviniendo en sus pesados comentarios, encarándolo por lo que sucedió con el granero y dejándole en claro que si no fuera por Rick, no podría encontrarse allí.

  Ya algo cansada sin ganas de oír el resto abandone la casa, disponiéndome a alimentar a mi bebe. No me sentía cómoda haciéndolo frente a tanta gente, era simplemente una pequeña inseguridad. Ya fuera, sentándome en el porche, apoye a mi bebe contra mi pecho, levantando un poco mi blusa en el proceso, para que mi pecho quedara expuesto. En ese momento me percate de la presencia de Daryl a mi lado, me había seguido. Ray no tardó mucho en abalanzarse a mi pezón para comenzar a succionar, ocasionándome una leve molestia.

—¿Por que pones esa cara?—El cuestionamiento del hombre me desconcertó, fue ahí cuando note la presencia de una mueca en mi rostro que no tarde en quitar.

—Aun no me acostumbro a la sensación de sacar leche—Murmuro algo avergonzada, consiguiendo no más que un asentimiento compresivo de su parte. Agradecía que no hiciera un comentario al respecto de aquello, sabia que no era normal que a una madre le disgustara amamantar, sin embargo, no entendía por que ocurría, y me avergonzaba que fuera así. A los minutos el resto del grupo comenzó a abandonar la casa, dirigiéndose cada uno a su sitio, es decir, el campamento. Ante eso me sentí inquieta, ya que me encontraba de frente a ellos, quienes cada tanto me observaban. Se que no lo hacían de forma morbosa, a pesar de eso conseguía incomodándome. Al parecer Daryl se percató de aquello y se posiciono delante mía, separándome de la mirada de todos, apoyando su cuerpo sobre la baranda.

—¿Cómo esta la niña?—Cuestiona refiriéndose a Beth.

—Mejorando, aun no despierta—Mi vista baja a mi hijo que comía animadamente, soltando suspiros cada tanto—Me preocupa como se va a encontrar cuando eso suceda—

—No tienes que preocuparte...tiene a su familia—Le restó importancia quitando de su bolsillo una cajetilla de cigarros. Para posteriormente encender uno y degustarlo. No me agradaba la idea de que fumara, sin embargo nunca le exprese nada al respecto, pero ahora era diferente. No podía hacerlo junto al niño.

—¿Podrías apagarlo?—Su vista se centró nuevamente en mi—Ray esta aquí, preferiría que no lo hagas cerca suya—Para mi sorpresa no rechistó, simplemente apagó el tabaco y volvió a guardarlo en su cajita—Gracias—Pasamos los siguientes minutos en silencio, disfrutando del momento juntos a pesar de lo que ocurría a nuestro alrededor.

DebilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora