Un padre

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|Capitulo 5|
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Con Ray en mis brazos salí de la casa, llegando al Porche, dónde un Daryl bastante nervioso me esperaba. Ya había oscurecido, sin embargo la luz que se colaba de las ventanas me permitía ver su rostro ansioso.

—Te presento a Ray—Al escuchar el nombre sus ojos se clavan en mí, comprendiendo al instante del porque del nombre. Más no dijo palabra alguna y se centro en su hijo. Con algo de temor cargó al niño, observando cada faccion del mismo—Tiene tus ojos—Murmuro con algo de timidez, pude notar como una pequeña sonrisa ladina se formaba en su rostro. Cosa que aunque me cueste aceptar, me llenó el alma de alegría.

—Hola pequeñin—Saluda meciendo al niño sobre sus brazos, parecía como si estuviese hipnotizado con su hijo. Lo entendía, aún no se hacía la idea de que esto estuviera sucediendo, yo estaba igual—Lamento haber tardado tanto en aparecer—Se disculpa aún hablándole a Ray—Prometo que no volveré a separarme de ti—Lo que ocurrió a continuación me dejó estática, depositó un casto beso sobre la frente del bebé para posteriormente observarme—No volveré a separarme de ustedes—La seriedad en sus palabras me causó un cosquilleo en la espalda. Realmente deseaba que así fuera, a pesar del rencor en mí pecho, el amor que sentía hacia Daryl aún existía, y con su llegada parece haberse intensificado.

Esa noche quedaría grabada en mí mente por siempre. Daryl descansó en el campamento, con su gente, sin embargo prometió que pasaría a primera hora en la mañana para poder vernos, más bien a su hijo. Cosa a la que no me negué.

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Acababa de despertar gracias al golpe tras la puerta. El sol apenas entraba por la ventana dejandome saber que era temprano, quizá por la madrugada. No tardé en levantarme al oir la insistencia de la persona tras la puerta.

—Un momento—Respondo con cansancio mientras me digno a abrir, quedándome muda al ver a Daryl allí.

—Buenos dias—Saluda mientras sus ojos divagan de los míos a mis piernas descaradamente, en ese momento me percaté de que, además de una remera, no tenía más que unas bragas cubriéndome la parte inferior. Al instante vuelvo a cerrar la puerta, sin embargo Daryl no me lo permite, poniendo su pie como tope—Aunque te emocioné, no vengo a verte a ti—Comenta el hombre adentrándose en la habitación.

Yo suelto un bufido algo molesta mientras volteo para ponerme algo decente. Apenas terminó de colocarme el pantalón, veo como el observaba a Ray, que dormía plácidamente en su cuna.
Me acerco a el tomando asiento en la cama, palmeando a mí costado para que imite mí accionar, tras pensarlo unos segundos acepta. Terminando los dos juntos mirando a nuestro hijo.

—Volvere a salir—Informa rompiendo el silencio—Logre encontrar un rasto y estoy seguro de que es Sophia—

Mis ojos abandonan a Ray para poder observar el rostro de Daryl, se veía centrado, más no me diriguia la vista.

—¿Por que lo haces?—Su mirada dura no transmitía nada, al parecer su ola de sentimientos fue un golpe de suerte para mí, había vuelto el tipo duro y silencioso.

—Se lo difícil que es sufrir la pérdida de alguien—Explica aún sin mirarme—Tener el miedo de que esté sola, ahí fuera, y la impotencia de no poder hacer nada para protegerla—Sus palabras tocaron un punto sensible, entendiendo que se refería a mí. Y yo que pensaba que no le importaba, que ni siquiera había intentado encontrarme, cuando no fue así. El sufrió tanto como yo.

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