Daryl Dixon

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|Capitulo 2|
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—Llegaste justo a tiempo, no podías estar sin tratar esto por mucho mas—Patricia suturaba con paciencia la herida del moreno, quien había aparecido junto a otro muchacho asegurando ser parte del grupo de Rick y Lori, los padres del pequeño.

Yo me encontraba a un lado de la mujer, examinando algunos antibióticos que ambos chicos habían traído para ayudar. Sin embargo al leer cierto nombre inscripto en ellos mi aliento se esfumó. Y algo de "alegría" recorrió mi cerrazón, Merle estaba vivo, y mas encima cerca. Si es que eso era posible Daryl tendría que estar con él, no sabría descifrar como me hace sentir eso exactamente, pero al fin y al cabo es el padre de mi hijo. Buenas o malas, generaba fuertes cosas en mi interior.

—Merle Dixon—El nombre se escapó de mis labios como si nada, las miradas de todos se posaron en mi—¿Su amigo?—Cuestiono con algunos nervios disimulados mientras elevo el frasco de analgésicos entre mis dedos.

—No se si podría llamarlo asi—Me responde Gleen, que se encontraba observando todo desde la puerta—Ya no se encuentra con nosotros, logramos sacar los medicamentos de sus antiguas cosas—Pude sentir como aquella electricidad abandonaba mi sistema y era remplazada por tristeza, mas bien por decepción.

—Bueno, hoy es su amigo, esa medicina te salvo la vida—Informa Patricia hacia T-Dog, que sufría ante el piquete de la aguja.  

Algo disociada logro ponerme de pie y abandonar la habitación, dirigiéndome hacia la cocina del lugar. Donde Beth se encargaba de la cena. Apenas pude repose mi peso sobre la barra y mi vista se dirigió hacia afuera. ¿Y si Daryl seguía vivo? ¿Importaba?¿Que ocurriría si lo volviera a ver? El no aceptó a su hijo. ¿Qué cambiaria ahora? Absolutamente nada. Aunque mi cerrazón no puede negar el amor que aun le guardo, el rencor y odio son mas grandes. No voy a llorar por un hombre que no tuvo los huevos de enfrentar la vida, al menos la que yo quería vivir.

—Liah ¿Te encuentras bien?—La voz de Beth me trajo de vuelta a la tierra—Estas pálida—Su mano se dirige a mi frente—Y algo fría—

—Estoy bien, no te preocupes—Tranquilizo con una sonrisa—Es solo que...ellos—Mi vista vuelve a la sala donde aun se encontraban los muchachos—Conocían a Merle—La rubia me observa sorprendida, siendo ya conocedora de mi dramática historia con los Dixon.—Esta muerto—

—Mencionaron algo acerca de..."Él"—Cuestiona evitando nombrarlo, consiguiendo una respuesta negativa de mi parte—Podrías intentar hablar con ellos, quizás descubrir que ocurrió—

—No...no estoy segura, no me siento cómoda en este momento—Acaricio mis brazos para intentar darme algo de calor, un golpe de frio me había invadido y no tenia con que atacarlo.

 El Incesante ruido de un motor hizo que ambas volteáramos hacia la ventana. Donde a gran velocidad se acercaba la camioneta de Otis. Sin esperar mucho salimos hacia fuera, donde Shane bajaba del vehiculó con dos mochilas.

—Apúrate, aun hay posibilidades—Hershel toma las mismas para poder llevárselas—¿Y Otis?—Cuestiona el anciano al percatarse de la persona faltante.

El silencio inunda el lugar, la tensión entre los presentes se noto al instante y prácticamente no hacia falta una respuesta por parte del contrario, sin embargo este la dio. Dejando entender con un simple "no" que el hombre no había sobrevivido. Mis ojos se cristalizaron de inmediato, aquel hombre que me había salvado, ahora no estaba con nosotros.

"Manejaba con velocidad, me había quedado sola. La ultima persona que quedaba conmigo se había sacrificado para poder salvarme. Era simplemente un mar de lagrimas al volante, mi pequeña barriga daba contracciones y fuertes dolores, sin embargo la presión en mi pecho era aun mas dolorosa. Ray, mi hermano, mi luz. Se había ido. Ahora si que estaba sola, sin destino alguno, sin futuro. Eso simplemente me desvió, mi cabeza se apagó, no tenia posibilidades, yo con un maldito embarazo en medio de este caos. Tenia que ser un maldito chiste. 

  Un brusco, movimiento por parte del auto me hizo tocar tierra. Percatándome del árbol que se posicionaba a unos metros de mi, sin embargo cuando intente reaccionar ya era demasiado tarde. El choque logró que mi cabeza golpeara con fuerza sobre el volante y mis ojos vieran completa oscuridad, sentía mis piernas demasiado pesadas y cortes sobre todo mi cuerpo. Por un segundo lo recordé, mi mano se movió a mi vientre, donde mi corazón se rompió. Me había golpeado demasiado fuerte en aquella zona, mi pequeño no podría haber sobrevivido. Simplemente me digne a permanecer allí, con mi sufrimiento esperando mi fin. Hasta que unas manos me tomaron por los brazos arrastrándome fuera del vehículo, ahí fue donde los vi. Un hombre regordete acompañado de una joven castaña. Otis y Maggie"

  —¿Cuánto tiene?—Una voz femenina rompe el silencio, mi vista viaja hasta Lori, que reposaba en la puerta de la casa, observándome con atención.

—Tres semanas—Contesto acariciando la pequeña mano de Ray, que observaba al frente, el dulce viento de la mañana golpeaba el porche y me pareció bueno salir para tomar un poco de aire.

—Es muy hermoso—Halaga la mujer con su vista fija en mi hijo, yo sonrió dándole la razón. No me percate de que ahora había otra presencia el en lugar, Rick.

—¿Cómo esta Carl?—Indago consiguiendo que la vista del padre se pose en mi, haciéndome sentir nuevamente ese escalofrió, como la primera vez que esos orbes celestes me observaron.

—Ya esta despertando—Informa Lori muy aliviada—Realmente le estoy muy agradecida a Hershel—Se aproxima a su esposo acortando la distancia para poder abrazarlo, el hombre ante esto pareció un poco incomodo sin embargo no mencionó palabra alguna al respecto.

—Ambos lo estamos, haremos lo que sea para pagárselo—Continua Rick sin apartar su mirada de mi.

—No deben preocuparse por eso, conociéndolo, no hará falta.—Mi vista vuelve al campo, donde ahora una caravana junto a una motocicleta se acercaban—¿Son sus amigos?—

 Ante la pregunta recibí una respuesta afirmativa. Ambos bajan del Porche para poder recibir a las personas que ahora estacionaban sus vehículos frente a la casa. Mi atención se centró en uno en particular, la motocicleta. Mas bien el hombre que estaba en ella. Su figura, su cabellos...él.

DebilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora